Historia

Así era el primer quiosco de periódicos que tuvo Cáceres y que se derribó

Fechado en 1911 y de estilo claramente modernista, su autor fue el entonces arquitecto municipal Manuel Hernández y Álvarez Reyero

Imagen del quiosco.

Imagen del quiosco. / EL PERIÓDICO

Miguel Ángel Muñoz Rubio

Miguel Ángel Muñoz Rubio

La concejalía de Cultura expone durante el mes de junio en el Palacio de la Isla, dentro de su programa de difusión ‘Documentos del mes’, un curioso diseño de estilo claramente modernista de un pequeño kiosko para la venta de periódicos. El diseño fechado en agosto de 1911, fue realizado con intención de ser construido en el Paseo de Cánovas. Está firmado por el arquitecto municipal de la ciudad de Cáceres en esta fecha, Manuel Hernández y Álvarez Reyero.

En el propio título del proyecto se puede observar que el kiosko es para el periódico 'El noticiero', periódico cacereño que estuvo activo desde 1903 hasta que se dejó de publicar en 1931. Fue fundado por Manuel Castillo y por Manuel Sánchez Asensio.

El autor del diseño es Manuel Hernández y Álvarez Reyero, un ilustre arquitecto que trabajó en los primeros años de siglo XX. Habiéndose graduado en la Universidad de Madrid en el año 1892, su primer trabajo independiente y de importancia fue la creación del ensanche de la ciudad de León. Después trabajó en el palacio episcopal de Astorga, diseñado por el reputado arquitecto catalán Antoni Gaudí.

Plano del quiosco.

Plano del quiosco. / EL PERIÓDICO

Al final de su vida laboral eligió a la ciudad de Cáceres como su último destino. A lo largo de su vida consiguió muchos honores como formar parte de la Sociedad Española de Historia Natural y ganar una medalla de plata en la Exposición Nacional de Bellas Artes en el año 1898.

El diseño del kiosko es de clara influencia modernista, muy en el estilo del autor. Se puede observar en el plano, a escala 1 / 0,05, el alzado y la semi-planta. El alzado es lo que resalta de este plano, del que llama la atención la cúpula de la parte superior del kiosko, la cual nunca llegó a ser realizada pues las obras no se llegaron a terminar, aunque el kiosko si fue instalado en el Paseo de Cánovas. En la parte central podemos apreciar una intrincada decoración que lo destaca como ejemplo del modernismo.