Con gran afluencia de público y sin incidentes se estrenó La Pasión de Cristo , el polémico filme dirigido y producido por Mel Gibson que narra con gran crudeza visual las últimas 12 horas del inspirador del cristianismo. La película ha llegado a España sin que se haya aplacado la polémica en EEUU y con división de opiniones en la jerarquía católica. La habilidad promocional de Gibson --de conocida tendencia ultracatólica-- ha convertido a la película en un éxito de taquilla en Estados Unidos, donde lleva recaudados casi 320 millones de dólares desde que se estrenó el 25 de febrero, miércoles de ceniza.

En España, la empresa distribuidora --Aurum-- y algunos exhibidores --entre ellos, Cinesa-- auguran un taquillón tras las primera jornadas.

Del éxito de esta producción no sólo se beneficiará la industria del cine sino la de los objetos religiosos y el mundo editorial. Este mes saldrá a la venta el libro que ha servido de inspiración a Gibson. Se trata de La amarga pasión de Cristo (Booket).

Más allá de las críticas recibidas por la violencia gratuita de algunas secuencias, la película tiene dos obstáculos que no la hacen merecedora del calificativo de película de masas aunque éstas acudan después a las salas, quizá influenciadas por el boom publicitario. Por una parte el hecho de que La Pasión de Cristo no se proyecte doblada, por negativa expresa de Gibson, sino en versión original en arameo y latín con subtítulos. Por otra, que en España ha sido clasificada para mayores de 18 años.