2023 o la celebración cacereña del cine

Este año convergen hitos y efemérides de la cultura cinematográfica cacereña 

Descarte de ‘Éxodo de Salvación’ (Manuel Pérez-Sala, 1954), con rótulo del título.

Descarte de ‘Éxodo de Salvación’ (Manuel Pérez-Sala, 1954), con rótulo del título. / FILMOTECA DE EXTREMADURA

Enrique Pérez Romero

Enrique Pérez Romero

Al hablar de cultura cinematográfica se deberían distinguir seis fases de desarrollo: investigación, descubrimiento, rescate, restauración, conservación y difusión. La investigación no solo se sitúa al inicio del proceso sino que sobrevuela el resto de fases, y comienza de nuevo, circularmente, tras la difusión. Por desgracia, como ocurre en otros ámbitos, la salvaje mercantilización de la sociedad y la creciente burocratización de las instituciones arrostran la investigación, estrangulando su financiación y dejándola sin estructuras específicas. Cualquiera que haya trabajado en ella sabe que nos enfrentamos a múltiples obstáculos, desde la impotencia de tocar con los dedos hallazgos finalmente imposibles hasta la siempre necesaria compañía del azar, pasando por la intrusión amateur de diletantes interesados en capturar fondos públicos y por la parálisis —cuando no retroceso— provocada por mediocres —cuando no pésimos— gestores políticos.  

Descarte de ‘Éxodo de Salvación’ (Manuel Pérez-Sala, 1954), con rótulo del título.

Descarte de ‘Éxodo de Salvación’ (Manuel Pérez-Sala, 1954), con rótulo del título. / FILMOTECA DE EXTREMADURA

Por todo ello, merece la pena detenerse cuando circunstancias virtuosas confluyen en algún hito digno de celebración. Algo así podríamos decir de este año 2023 respecto a la cultura cinematográfica extremeña y, concretamente, cacereña. En primer lugar, Filmoteca de Extremadura —centro institucionalmente mandatado sobre la cultura audiovisual de la región— cumplió veinte años el pasado 30 de abril; podría ser solo una efeméride a conmemorar con más o menos boato cada cinco años si se quiere, pero adquiere especial relevancia porque Filmoteca ha llegado a este cumpleaños de adolescencia —poco más que eso son los veinte años— después de las tres anualidades más ricas en trabajo patrimonial de toda su historia, a pesar de la obligada parálisis provocada por la pandemia de covid-19 durante gran parte de 2020.  

Años fértiles

Si atendemos a las seis fases con las que comenzaban estas líneas, los tres últimos años han resultado sin duda los más fértiles de la institución, no solo por algunos hallazgos concretos o por el avance en líneas de investigación importantes, sino, sobre todo, por el gran impulso en la última de las fases (difusión) mediante el proyecto Recuerdos del futuro, conjunto de quince piezas de no más de cinco minutos que, con espíritu genuinamente divulgativo, están poniendo en conocimiento de la ciudadanía algunos de los procedimientos de trabajo de los archivos fílmicos —con énfasis en la investigación—, y, al mismo tiempo, difundiendo películas relevantes del patrimonio extremeño. Los «recuerdos» se vienen proyectando desde octubre de 2022 (y hasta este junio) en la sala de Cáceres. Uno de los tres que se difundieron experimentalmente en la plataforma Vimeo -pronto estarán todos disponibles- lleva acumuladas 1.557 visitas, el mayor volumen de cualquier contenido difundido por Filmoteca hasta la fecha. El interés por el cortometraje anónimo Bienvenidos a Hervás —un descubrimiento de 2021— tiene su origen, sin duda, en la expectación creada ante imágenes inéditas de la capital del Ambroz.  

María del Amparo y José Garrorena Arcas en el estudio familiar de Muñoz Torrero.

María del Amparo y José Garrorena Arcas en el estudio familiar de Muñoz Torrero. / Elena Horas San Martín

Este 2023 va a ser también, si nada se tuerce, el año en que se vuelvan a difundir las películas realizadas en su día por el alicantino de nacimiento y cacereño de adopción Manuel Pérez-Sala Pérez (Novelda, 1906-Cáceres, 1986). Estos filmes no se pueden clasificar en la categoría de «descubrimientos» ni de «rescates», ni tan siquiera de «difusiones» primarias, porque no son películas que necesitaran ser descubiertas ni rescatadas sino, más bien, «conservadas» en las condiciones óptimas que ofrecen las cámaras de preservación de una filmoteca y «redifundidas». Para referirse a estos filmes es obligado citar la investigación seminal de Angélica García-Manso, que también celebra su propia efeméride en 2023, ya que se cumplen los diez años desde que Filmoteca de Extremadura, con motivo de su décimo aniversario, publicara El octavo pecado de la capital. El cine en el Cáceres de los años 50 (2013). En su obra, sin duda el mejor libro existente hasta la fecha sobre el cine cacereño y referencia insoslayable de la cultura cinematográfica extremeña, García-Manso enumera las obras de Pérez-Sala, describe sus contenidos y da cuenta de la amplia difusión que tuvieron en Cáceres (y fuera) durante los años cincuenta: Wolfram (1956, documental moralizante sobre el enriquecimiento a partir del descubrimiento de wolframio, que será curioso revisar a la luz de la actual pasión por el litio cacereño); Montehermoso, Boda en Montehermoso o Boda extremeña (1957, documental antropológico-religioso sobre la fundición de campanas en esa población, como metáfora de la fusión matrimonial); Imperator (1958, documental sobre La Vera, Cuacos de Yuste y Carlos I); Norba Caesarina (1959, paseo por el Casco Antiguo de Cáceres); o Égloga (1961, parábola bucólico-religiosa sobre la relación entre el hombre y la naturaleza).  

Fotograma de ‘Recuerdos del futuro 2’, sobre ‘Bienvenidos a Hervás’.

Fotograma de ‘Recuerdos del futuro 2’, sobre ‘Bienvenidos a Hervás’. / FILMOTECA DE EXTREMADURA

Gran afluencia

Pero, sin duda, la película de Pérez-Sala que siempre ha concitado mayor atención es Éxodo de salvación, de cuyo rodaje precisamente se cumplen setenta años en este 2023. El filme, producido por Acción Católica —con la que el autor tenía gran vinculación—, cuenta la historia de la fundación del Santuario de la Virgen de la Montaña por el ermitaño Francisco Paniagua. Fue estrenado con gran afluencia en el Gran Teatro cacereño el 04/02/1954 y se siguió proyectando, al menos, hasta el 02/07/1983 (Aula de Cultura de la Caja de Ahorros, en Calle Clavellinas). Filmoteca de Extremadura, lógicamente, se ha interesado por las películas de Pérez-Sala desde su fundación en 2003; de hecho, conserva descartes, fotografías de rodaje y especificaciones de guión de Éxodo de salvación -todo inédito hasta la fecha-, materiales de gran valor para evaluar el método de trabajo del autor y la génesis de la película. ¿Por qué ahora se hace más probable la redifusión de la obra de este autor? Es lógico y legítimo que los herederos de los autores fluctúen entre el celo por conservar en sus manos las películas y el miedo por desprenderse de ellas o por su uso espurio (mucho más en la era digital). Eso ha ocurrido hasta ahora con la familia Pérez-Sala que, afortunadamente, parece que ha tomado la decisión de que se permita volver a proyectar las películas y, con ello, abrir la puerta al merecido homenaje a su autor, personalidad históricamente relevante de la cultura cinematográfica cacereña y extremeña. 

Fotografía de rodaje de ‘Éxodo de salvación’ (1954), firmada por su director.

Fotografía de rodaje de ‘Éxodo de salvación’ (1954), firmada por su director. / FILMOTECA DE EXTREMADURA

También en relación con la Virgen de la Montaña, 2023 podría ser el año de la digitalización de otro cortometraje documental, que conserva en depósito Filmoteca de Extremadura, que da cuenta de la celebración del cincuentenario de la Coronación Canónica (1974), y que sería idóneo tener disponible para proyectar en 2024, con motivo del centenario.  

La película de Pérez-Sala que siempre ha concitado mayor atención es ‘Éxodo de salvación’

La difusión de la cultura cinematográfica es la última fase del proceso que, a su vez, lo reinicia, ya que de la divulgación de toda película pueden surgir espectadores que aporten datos concretos o informaciones difusas, que podrían dar lugar a continuar la indagación o a iniciar otra. Ese es uno de los posibles caminos por los que podríamos llegar, algún día, al «Lumière cacereño», como ha ocurrido en Badajoz, donde el apellido Garrorena figura ya de forma indeleble como pionero del cinematógrafo en Extremadura. Recomiendo leer, al respecto, el reciente libro Mi gran familia. Tomo I. Rama Garrorena (Elena Horas San Martín, 2019), fresco, interesante y singular relato familiar escrito por una nieta de María del Amparo Garrorena Arcas (Badajoz, 1898-1979), a su vez hija del prestigioso fotógrafo y pionero del cine extremeño Fernando Garrorena Muria (Badajoz, 1868-1924) y hermana del fotógrafo y cineasta Fernando Garrorena Arcas (Badajoz, 1901-1965). La ubicación de la familia Garrorena en Badajoz —en torno a la céntrica Calle de Muñoz Torrero transcurrieron gran parte de sus avatares personales y profesionales— fue producto del último viaje del inquieto artista Ángel Garrorena Bernabé (Zaragoza, 1827-Badajoz, 1903), patriarca de la familia y, en su doble condición de pintor y fotógrafo, perfecto representante de la evolución desde las artes plásticas a las artes mecánicas que se produjo en el siglo XIX. De hecho, esta familia podría representar muy bien, en el ámbito español, la transición que se produjo a nivel mundial, en tres generaciones, desde la pintura (Ángel Garrorena Bernabé) hasta el cine (Fernando Garrorena Arcas), pasando por la fotografía (Fernando Garrorena Muria). 

Vista de Cáceres en un fotograma de la versión restaurada de ‘Segundo López, aventurero urbano’ (Ana Mariscal, 1953).

Vista de Cáceres en un fotograma de la versión restaurada de ‘Segundo López, aventurero urbano’ (Ana Mariscal, 1953). / David García Rodríguez

De alguna manera, Cáceres aún espera que sean descubiertas sus imágenes pioneras, de finales del siglo XIX o principios del XX, sus Lumière o sus Méliès o sus Garrorena, su calle Muñoz Torrero como centro del cine primitivo y, en fin, su lugar en el mapa del nacimiento de la cultura cinematográfica. Para eso será necesario que quienes trabajamos en ello no cejemos en el empeño y que las instituciones se decidan a financiar la investigación cultural con los mínimos exigibles para que la tarea no quede al albur de la buena fortuna. Mientras, celebraremos este 2023 como un año importante, de efemérides y de evolución en la investigación cinematográfica sobre Extremadura y, especialmente, sobre Cáceres. Precisamente, el 6 de junio se cumplieron setenta años del estreno de Segundo López, aventurero urbano, sin duda la película más esencialmente cacereña que se haya hecho, que sirvió para inaugurar en 1963 —otra efeméride, hace sesenta años— el cacereño cine de verano de San Blas, y a la que Filmoteca ha dedicado la 8ª entrega de Recuerdos del futuro; de hecho, la última restauración del filme, que hasta ahora se había podido ver en copias de calidad deficiente, fue estrenada, por primera vez en España, en Filmoteca de Extremadura, el pasado 07/06/2022, con la presencia de David García Rodríguez, hijo de la directora Ana Mariscal (1923-1995) y del fotógrafo cacereño Valentín Javier (1921-2012).