La entrevista | Javier García Campayo Psiquiatra. Autor del libro 'Parar para vivir mejor'

"Para vivir mejor, yo empezaría por ser nuestros mejores amigos"

Javier García Campayo.

Javier García Campayo. / El periódico

Ahora, que acaba el año. Ahora, que hay que hacer balance. Ahora, que el 2024 nos arranca deseos, objetivos y propuestas que no tenemos claro si podremos o querremos realizar; ahora, es el momento de pararse, para vivir mejor. Al menos, esa es la propuesta que nos presenta en el libro ‘Parar para vivir mejor’ (HarperCollins) el catedrático de psiquiatría y médico en el Hospital Universitario Miguel Servet, Javier García Campayo (Zaragoza, 1962).

El libro es una guía «definitiva» para liberarnos de la ansiedad y el ruido mental. Un libro para subrayar, estudiar, reconocer y reconocerse a través de sencillas prácticas de meditación y ‘mindfulness’ (es una actividad o estado mental consistente en estar atento de manera consciente e intencional a lo que se hace en el momento presente, sin juzgar, apegarse, o rechazar en alguna forma la experiencia). Páginas para aprender «la aceptación», para no pelear con lo que no se puede cambiar y resolver nuestros duelos; para perdonarnos a nosotros mismos y a los otros, descubriendo la felicidad que se produce con la interacción humana, o también encontrando el propósito, el sentido de la vida. Sin duda, metas que todos deseamos en este mundo acelerado en el que las prácticas de yoga o atención plena están cada vez más extendidas. Campayo, que ha demostrado la relación entre la práctica de ‘mindfulness’ y la mayor esperanza de vida, comparte con nosotros algunas claves para, al menos, acercarnos a esa paz mental que anhelamos. Sin duda, un buen propósito por el que luchar el próximo año. Sumemos también, el de abrazar lecturas. Como ésta. Pasen y lean. 

Esta es una guía ambiciosa que intenta resolver lo que nos preocupa, y nos ocupa.

Sí, sí, la intención ha sido revisar lo que nos produce malestar y de alguna forma manejar nuestro bienestar. Ese es el fin del libro.

Comenzar nuestro bienestar. Una guía ambiciosa porque llevamos años trabajando con terapeutas y otros profesionales para conocer los principales problemas que angustian a la gente, y también la circunstancias que producen ese malestar. He intentado identificar las principales y ver cómo podemos manejarlo. Son habilidades que deberíamos desarrollar para manejarnos mejor y sufrir menos 

«La gente no para, porque parar implica sentirse uno mismo y la mayoría de la gente no quiere sentirse»

Parar para vivir mejor, ¿y cuándo no sabemos parar?

La mayor parte nos sabemos parar porque nunca nos lo hemos planteado. En este mundo en el que vivimos todo lo queremos rápido, soluciones fáciles … yo siempre en la consulta recomiendo ‘mindfulnes’ y la gente me dice: “sí, sí doctor, yo se lo agradezco, pero deme una pastilla» ¡sin más! el caso es no perder el tiempo y no dedicar esfuerzo. Estamos inmersos en múltiples actividades porque nos da seguridad y reconocimiento social. Hay una razón por la que la gente no para, y es que parar implica sentirse uno mismo y la mayoría de la gente no quiere sentirse porque se da cuenta que si para hay una gran insatisfacción y una especia de vacío. 

Es tremendo…

El poder parar hay gente que ni se lo plantea, pero quienes empiezan a planteárselo empiezan a descubrir esto. Uno para y empieza a conectar con el sentido de la vida. Hoy en día, si uno no tiene claro el sentido de la vida, es más difícil ser feliz. Intentamos justificarnos todo, nos inventamos una narrativa para justiciar yo no puedo porque tengo hijos, tengo mucho trabajo., no puedo parar. Parar no es necesariamente no hacer nada: es estar con uno mismo y preguntarse: ¿por qué hago tantas cosas?, ¿por qué hago lo que hago? Podría priorizar, podría ser más feliz haciendo menos cosas, pero con más sentido…, Disfrutándolas y poniéndoles más focalización…No dedicamos tiempo a preguntarnos, ¿qué hago con mi vida? Vivimos en una sociedad de consumo y la felicidad también se ha convertido en un producto de consumo. Tenemos el ejemplo de los influencers, por ejemplo, tengo chavales que llegan a decirme, ¡solo tengo 2000 seguidores! Y eso me hace sentirme inferior…, Esa necesidad de reconocimiento social es tremenda. 

«No dedicamos tiempo a preguntarnos ¿qué hago con mi vida?»

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¿Y cómo hemos llegado a esto?

La sociedad occidental le ha dado más importancia al individuo, al ‘yo’ que a la sociedad, al bien de todos; hay un culto al yo muy importante que se ha determinado incluso como objeto de consumo. No me basta con ser feliz sino conseguir el reconocimiento como sea. ¿En qué nos hemos especializado para conseguir un reconocimiento?, unos en cuidar, otros en ser graciosos…, cada uno hemos desarrollado algún aspecto, no solo por esa satisfacción personal, sino buscando ese reconocimiento. La gran diferencia entre lo occidental y lo oriental u otras sociedades aparentemente menos desarrolladas es que buscamos la felicidad fuera, porque somos una sociedad de consumo. Nada nos va a dar esa felicidad segura. Eso se acaba. Por ejemplo, te toca la lotería, pues ya se sabe que, al año, esas personas, está igual de feliz, ¿por qué? porque está amortizado, es la adaptación al placer.

"Poder parar hay gente que ni se lo plantea"

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Dígame cinco pasos imprescindibles para ‘vivir mejor’

Para vivir mejor empezaría por ser nuestros mejores amigos. Tendemos a machacarnos, autoexigirnos, y tenemos que ser nuestros mejores amigos porque eso disminuiría sufrimiento a nosotros y a los demás. El segundo, el desarrollo de la atención, el ‘mindfulnes’ porque la mente está constantemente pensando. Parar, porque eso da una sensación de felicidad tremenda. Otro: el conectar con nuestro sentido de la vida, qué será lo que nos haga vivir de una manera satisfactoria. Que es lo que he hecho en mi vida, que estoy haciendo, de lo que me siento satisfecho. Todo lo que hemos querido y nos han querido, o que, o que haya hecho haya dejado un mundo mejor. Conectar con ese sentido de la vida es muy importante también. También, aunque sé que es difícil, pero el dejar de estar peleándonos constantemente con lo que no podemos cambiar, o con lo que no ha salido como esperábamos. Es la aceptación, que es sumamente importante. 

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