Será un derbi interesante el que protagonicen el próximo viernes el Plasencia y el Cáceres. Este año, ambos equipos están recorriendo trayectorias paralelas aunque, desgraciadamente, las dos están marcadas por puntos más negativos que positivos.

Cinco triunfos es un balance pobre para Plasencia y Cáceres. Es por ello que la necesidad sea grande para ambos. Pero también hay que restar dramatismo. Al fin y al cabo, se tratará de un simple partido de baloncesto. Los matices vendrán después. A uno particularmente le satisface que este año se hable mucho más de lo deportivo que de lo económico en el caso de los cacereños, al mismo tiempo que le gusta que, aparentemente, los nervios no se hayan disparado en Plasencia porque en esta temporada las cosas no vayan tan bien como en la pasada. Es normal. Esto es deporte y para ambos, creo, el primer y casi único objetivo debe ser la permanencia. El viernes, en fin, hay que disfrutar, y no dramatizar, por supuesto.