Los niños de la suerte. Eso fueron ayer José Manuel Romero y David Rocha, portero y centrocampista del Cacereño, mientras apoyaban como ´vendedores´ del sorteo del Oro organizado por Cruz Roja, que se celebrará en Ceuta el próximo jueves 23 de julio.

Rocha y Romero apostaron por el cupón que llevaba el número 94.928 --boleto que les regaló la organización--. Su elección propició a que algunos de los cacereños que se acercaron por allí compraran ese mismo número. Pero eso sí, tocado por la suerte de estos dos futbolistas que han hecho soñar a muchos cacereños durante los últimos días.

A todo el que pasaba a ´comprar suerte´ se les pedía que firmara su cupón en el reverso. "Seguro que este es el ganador", decían los asistentes al tiempo que se hacían fotos y pedían autógrafos en todo tipo de utensilios y enseres propios.

La suerte no eclipsó a estas estrellas cacereñas. Entre flashes, cual ´Cristianos Ronaldos´, y repartiendo suerte como la bruja de Sort, Romero confesó que el fútbol se ha adueñado de su vida. "Era muy pequeñito cuando le di la primera patada a un balón", dijo. "Ahora tengo una hija y un hijo pequeños y van a salir como yo, por lo menos al niño le encantan los balones y las porterías. Vienen a verme a todos los partidos", contó.

Rocha recuerda cómo heredó de su hermano, que también formó parte de la plantilla del Cacereño, la pasión por este deporte "siempre iba detrás de él. Recuerdo que en mi casa teníamos un pasillo enorme y organizábamos pachangas con una pelota pequeña, mi madre se volvía loca", cuenta entre risas y nostalgia.

De su pasión por el fútbol ambos recuerdan de manera especial el momento en que el árbitro pitó el final del partido contra el Tenisca el pasado domingo en La Palma "la piel de gallina todavía", dicen. "Pero sin duda lo máximo fue cuando llegamos a la plaza Mayor en el autobús y estaba repleta de cacereños esperándonos, uno se siente como un jugador de la selección, eso sí que fue un sueño", recuerda Rocha.