Parece introvertido y serio. No lo es. Yannick Agro es un chico agradable, simpático y muy educado. Sus padres son de Costa de Marfil pero él nació en Francia, en un pequeño pueblo al lado de Saint Etienne, aunque ha vivido toda su vida en París. No conoce el país de sus antecesores, pero reconoce que le "encantaría" viajar a él.

A pesar de tener solo 21 años, ha estado en muchos equipos y ha recorrido varios países de Europa. Sus primeras patadas a un balón fueron en la calle, en su barrio de París. La misma escuela donde se han curtido tantas estrellas del fútbol.

Empezó a despuntar pronto y después de jugar en Ile Saint Denis y Red Star fue llamado por la mejor escuela de fútbol de Francia, la INF Clairefontaine. En ella han estado, entre otros jugadores, el futbolista del Arsenal, Gallas, o el del Chelsea, Anelka. Le seleccionaron para hacer una prueba en el Lecce, por entonces equipo del Calcio, en Italia, pero una inoportuna lesión le privó de realizarla. "Fue muy duro entonces". Volvió a su país para jugar en el Grenoble y en el Caen. Después de tantas vueltas, con 18 años, emigró a Alemania, al Hertha de Berlín, donde jugaba en el segundo equipo y entrenaba con el primero.

Agro es ambicioso y quería más. No deseaba seguir jugando en Segunda División. "Cuando estaba en el Hertha muchos equipos me querían fichar. Yo deseaba jugar en Primera y rechacé varias ofertas, no me salió nada de la máxima categoría y me quedé sin equipo", comenta. "Fue un palo duro, el peor de mi carrera", reconoce.

El delantero asegura que se levantaba cada día para entrenar con un único sueño: jugar en Primera. "Sé que lo voy a conseguir", afirma con rotundidad. Vio una puerta abierta para darse a conocer en el Cacereño y decidió entrar en ella.

Desembarco en Cáceres

En el mercado invernal, tras estar varias semanas a prueba, firmó con el equipo verde. Luego tardó en jugar hasta que le llegó el transfer . Debutó ante el Alcalá y ya fue titular en casa frente al Leganés. "Estoy desilusionado porque lo puedo hacer mucho mejor", dice con autocrítica. La inactividad de seis meses le ha pasado factura pero deja claro que la próxima jornada ya estará "a tope".

En sus manos estuvo el partido. Un mano a mano con el portero que falló. "Me ha pasado esa jugada muchas veces por la cabeza. A partir de ahí estuve un poco nervioso hasta el descanso". Agro destaca su "velocidad y su técnica" y reconoce que le han impresionado "Diego y Tomás". Por último, deja un mensaje a la afición: "Estar tranquilos. Confiad en mí y en el equipo. Vamos a salir de abajo".