Son los dos grandes de la F-1, los equipos con más triunfos, los más ricos, los que, en las últimas dos décadas, han dado muestras de poderío para reaccionar ante las dificultades. McLaren parece haberlo conseguido antes esta temporada. Andaba perdido en los últimos ensayos invernales, a un segundo de los mejores, sin fiabilidad. Pero en el camino a la primera carrera (Australia) ganó un segundo, ha construido un coche fiable y la última actualización del difusor le ha permitido --gracias a los errores de Red Bull, también es cierto-- ganar ya en la tercera cita del año.

"Estamos fuertes para seguir evolucionando", advierte De la Rosa. Es un buen espejo en el que Ferrari debe mirarse. "Tenemos que trabajar muy duro durante las próximas semanas, especialmente en la aerodinámica. Sabemos que nuestros problemas no pueden resolverse agitando una varita mágica y de una sola vez, especialmente sabiendo que nuestros rivales no van a quedarse con los brazos cruzados. De todos modos, tenemos que dar un paso en la dirección correcta a partir de la próxima carrera", explica Stefano Domenicalli. "Trabajo y humildad", pide Fernando Alonso para reaccionar.

Puede que todo pase por la evolución prevista para la próxima carrera, en dos semanas, el Gran Premio de Turquía, para la que Alonso probó varias piezas, especialmente un alerón delantero, en los ensayos libres del pasado viernes.

RED BULL AGUANTA Si el día que la estrategia es equivocada, que la salida no es buena, que ni la radio ni el KERS funcionan a la perfección (Vettel oía, pero no podía comunicarse con su muro) e, incluso, el día que otro (Jenson Button) utiliza, ante tus narices, tu garaje para cambiar ruedas, si ese día acabas segundo la carrera y refuerzas el liderato en el Mundial, la cosa va bien.

Así se siente Vettel. Su coche es tan bueno, tan rápido, tan fiable, que Mark Webber llegó a su alerón trasero tras arrancar en el puesto 18º. De no mediar todo ese rosario de obstáculos, Vettel hubiera completado otra exhibición. "Probablemente forzamos demasiado con la estrategia de dos paradas. El stint intermedio debería haber sido más largo, pero luego me encontré con neumáticos duros y viendo cómo Hamilton se acercaba cada vez más y más. Traté de defenderme todo lo que pude sin perder demasiado tiempo", reconoció el campeón y líder del Mundial.

En el peor día para él en tres carreras, finaliza segundo, poco daño para el aprendizaje. "Esta claro que no puedes intentar algo diferente. Nos hemos equivocado, pero hemos aprendido mucho, muchísimo. Soy el único del podio que ha ido a dos paradas, algo que tendremos que analizar". Otra cosa es la salida: "Por alguna razón aquí es peor salir por la zona izquierda --la que también tenía Alonso-- de la pista". La radio no le funcionaba: "Mis preguntas no obtuvieron respuesta". Y su KERS no funciona. "Insisto, pudo ser una carrera catastrófica y he conseguido acabar segundo y Mark, tercero tras una carrera inmensa. No está nada mal".