Es una desgracia que se le haya podido ver poco en pretemporada, primero porque se incorporó tarde desde su equipo australiano de procedencia, los Meteors MacKey, y, últimamente, por un inoportuno esguince de tobillo del que está ya recuperado. Se trata de un auténtico desconocido en España, pero lo que ha dejado intuir es el perfil de un jugador polivalente, que compatibiliza bien la etiqueta de anotador con la generosidad para pasar el balón si ve que un compañero está en mejor posición.

Hobbs es un tipo abierto y religioso, ansioso por adaptarse a un baloncesto en el que todo es nuevo para él. También señalan que tiene maneras de líder en la pista: el típico que, si ve confusión, reúne a sus compañeros y da un par de consignas.