La despedida del Cáceres Patrimonio de la Humanidad de los playoffs de ascenso pasó anoche de ser virtual a ser matemática. No pudo con el Ourense Provincia Termal (65-71) y encarará las últimas tres jornadas de la liga regular de la LEB Oro con los únicos objetivos de arañar quizás la décima plaza y dar la mejor imagen posible.

Puede sonar triste, pero entrar en las eliminatorias no era lo que se le pedía a este equipo a principios de temporada, sino más bien asegurar la salvación cuanto antes. Lo hizo, pero la heroicidad quedó ahí.

Ayer volvió a mostrar su rostro más amargo y seguramente realista: no sobra el talento ni tampoco el personal, pero sí el sacrificio y la identificación. Es lo mínimo que puede exigirse, de acuerdo, pero el trabajo ha sido globalmente bueno. Por eso extraña la tibieza del club cuando se pregunta si quiere la continuidad en el banquillo de Ñete Bohigas. Nadie sabe a ciencia cierta qué pasará todavía.

La segunda falta de Sandi Marcius a poco de comenzar el partido debilitó más todavía a un Cáceres ya muy escaso de efectivos con la baja confirmada de Luis Parejo. A su lado se sentaba José Marco, de regreso a la ciudad tras su trombosis y su operación en una costilla.

Parecía en los primeros minutos que podía ser uno de esos días mágicos de Nikola Rakocevic en los que le entra todo, pero su inspiración fue más bien discontinua. No se puede ser siempre salvavidas.

Un arranque potable (13-11, min. 6) se transformó en una zozobra penosa, entre numerosos tiros fallados, violaciones de unos y otros y despistes defensivos. Bastante poca sangre hizo el Ourense, que tampoco es que estuviese teniendo especialmente su día. Sí encadenó un parcial de 0-13 que le dio el mando.

No había muchas ideas, ni en la pista ni en el banquillo. Y no es que fuese exactamente un problema de actitud, pero sí se transmitía un cierto cansancio.

Lo mejor ocurrió en el descanso, cuando un espectador enchufó desde medio campo y se ganó un lote de productos ibéricos. Seguro que a Bohigas le dieron ganas de sacarle en la segunda parte. Pero mirar al marcador daba bastantes menos alegrías: 24-35.

SEGUNDA PARTE / El regreso de Marcius a pista después de 14 minutos en el banquillo era la primera apelación a la esperanza por parte local. La rabia quedó clara con un 9-0 para empezar, lo que obligó a Gonzalo García de Vitoria a parar el choque.

La diferencia pasó a ser mínima (38-39, min. 25), con el público, hasta entonces tan frío como el equipo, metiéndose también en faena. Un triple de Guille Corrales, ahuyentando las dudas que había mostrado en su puntería hasta entonces, culminó la remontada (47-46, min. 28).

El ímpetu paró entonces un poco y el partido entró completamente abierto a su último episodio (48-50).

Hasta ahí llegaron las fuerzas verdinegras, mientras que el Ourense acertó a recuperarse cuando más psicológicamente tocado podía estar.

Los errores en los tiros libres de Marcius y Kavas fueron la expresión de que faltaba oxígeno en los cerebros de los jugadores. Para colmo, el croata cayó en una discutible cuarta personal justo cuando los gallegos hacían otro amago de escapada (53-62, min. 34). El aro volvió a hacérsele muy pequeño al Cáceres, al que le quedaban muy pocas balas contra la desesperación.

El último intento de rebelarse contra el destino no funcionó. Adiós playoffs, sí, pero dentro de un año dignísimo.

3Cáceres Patrimonio de la Humanidad: Guille Corrales (8), Nikola Rakocevic (19), Carlos Toledo (2), Sergio Pérez (9), Sandi Marcius (15) --cinco inicial-- JC Fuller (2), Andraz Kavas (8), Zygimantas Riauka (2).

3Ourense Provincia Termal: Christian Díaz (20), Zarko Jukic (0), Nemanja Mitrovic (4), Dimitry Flis (6), Fran Guerra (19) --cinco inicial-- Kyle Hittle (5), Devin Wright (0), Tomás Fernández (0), Martín Rodríguez (0), Diego Kapelan (17).

3Marcador por cuartos: 13-22, 24-35 (descanso), 48-50 y 65-71 (final).

3Árbitros: Asier Quintas y Eva Areste. Sin eliminados.

3Pabellón: Ciudad de Cáceres.

3Espectadores: 1.000.

cáceres65

ourense71