Ellos mismos llegan a admitir que les va a tocar este año ejercer de ‘puente’ entre el club, la afición y sus compañeros. Nico Rakocevic y Luis Parejo, superviventes en el remozado Cáceres Patrimonio, saben de su condición de jefes del vestuario, al menos de momento. Sus sonrisas y comentarios les delataron en el acto de presentación, previo al estreno de amistosos esta noche (20.30) en Morón de la Frontera ante el equipo de Guille Corrales y José Antonio Marco.

El nuevo proyecto verdinegro en la LEB Oro tiene sus cimientos en ellos y en su técnico, Roberto Blanco, al menos de puertas hacia afuera. Y el entrenador les ha dado galones ya mismo. «Es el día de Rako y de Luis; yo no debería estar aquí, pero es para mí una satisfacción total que sigan. Confío mucho en ellos», comentó el placentino en la sede del Instituto de Tecnologías Dentales Fones, uno de los patrocinadores del club.

Sergio Pérez, el gerente, enfatizó en la misma idea. «Eran objetivo del club y se han comprometido», se jactó alguien que también continúa en el barco verdinegro. Asumió que, continuando un año más en la entidad, expresó así su deseo, el mismo de los jugadores, considerados «piezas importantes» en el equipo.

Blanco, Rakocevic y Parejo apuntaron, en efecto, al ambiente positivo que están observando en esta pretemporada, de la que se cumplen hoy seis días de sesiones. «Hay mucha motivación, incluso hay veces que se exceden», apuntó. Parejo, mientras, puso el acento en ese compromiso colectivo «y el gran grupo humano que se ha reunido; son muy buena gente», juzgó el capitán, que realmente no ha dejado de trabajar en el verano. Presentaba Parejo un aspecto físico con evidente menor volumen que en anteriores pretemporadas.

El jugador, que espera seguir en Cáceres «hasta que el cuerpo aguante», dijo seguir «muy motivado e ilusionado» con el reto que se plantea esta temporada. El montenegrino Rakocevic estuvo especialmente agradecido «a Roberto y a su cuerpo técnico y al club en general» por confiar en él. A la hora de plantearse objetivos, el balcánico fue el más claro: «la salvación».

Sobre su rol en el equipo, no quiso ponerse metas individuales, o al menos referirse a ello, y apuntó que lo que tiene que ser su papel: «tenemos que ayudar dentro y fuera del campo a mis compañeros en lo que pidan». Y ello parecen afanarse los dos jefes del vestuario.