Tres puntos de los últimos 24. Colista del grupo IV de Segunda División B. Equipo más goleado. El segundo que menos goles mete. Solo ha marcado dos tantos en lo que va de 2020. Son algunas de las cifras del Villarrobledo, rival este domingo del Badajoz. Números que podrían invitar al optimismo en un club que el pasado sábado recuperó la senda de la victoria, pero que sin embargo invitan a la cautela a su técnico. «Para nosotros será difícil prever lo que nos vamos a encontrar», dijo ayer Pedro Munitis. «En los últimos partidos han hecho cambios de sistema, jugando con línea de tres, con cuatro, con juego más directo, más combinativo... Vamos a tener que estar muy concentrados para identificarlo y adaptarnos», contó ayer el preparador blanquinegro, que no puede permitirse más despistes en su lucha por el playoff de ascenso.

Aunque no gana, el Villarrobledo está vendiendo caras sus derrotas y defensivamente ha mejorado mucho en el mes de febrero, en el que solo ha encajado tres goles. En su debe está su escaso poder ofensivo, pues no han sido capaces de marcar a ninguno de sus rivales en las cuatro últimas jornadas.

No tiene bajas Munitis, que a la espera del último entrenamiento de este sábado mantiene las dudas de Bikoro y Kike Pina. «Ahora no sabemos si llegarán», dijo ayer el preparador, que no dio muchas más pistas.