Tenía todo preparado Japón para acoger los Juegos este verano hasta que llegó el coronavirus, pero ahora debe cambiar el plan. «Una serie de lugares críticos necesarios para los Juegos ya no podrían estar disponibles», anunció Thomas Bach, el presidente del COI, en una carta pública a los deportistas cuando todavía se resistía al aplazamiento.

Las situaciones con millones de noches ya reservadas en hoteles son extremadamente difíciles de manejar, y el calendario deportivo internacional para al menos 33 deportes olímpicos tendría que adaptarse», recordó también el máximo responsable del organismo olímpico antes de claudicar, preparándose para lo que él mismo calificó de «muchos desafíos». Está obligado el comité organizador japonés y el COI a armonizar el calendario para disponer de todas las instalaciones. Tokio y otras ciudades que acogerán pruebas cuentan con 40 sedes que prácticamente ya están listas para su uso, entre ellas ocho nuevos recintos de carácter temporal.

Se dio cuatro semanas y a los dos días el COI (Comité Olímpico Internacional) asumía lo inevitable. Que el negocio, por mucho dinero que muevan unos Juegos, no siempre es lo primero. Eran tan lógica como inevitable esa derrota, por mucho que los dirigentes del COI pensaran y dijeran lo contrario

Contratos de derechos televisivos deben ser reajustados, acuerdos de patrocinio a nivel planetario también, venta de entradas.... Japón había invertido 11.000 millones de euros en la organización de los Juegos. Todo deberá espera y el PIB de Japón se resentirá.