"Fue una sorpresa grandísima cuando me llamaron para decírmelo. Estuve toda la tarde sin creérmelo. Es un sueño». Ana Franco de la Vega (Cáceres, 6 de junio de 1999) hace un receso en su doble obligación deportiva (juega en el Sevilla) y universitaria (estudia Derecho y Economía) para contar detalles de una trayectoria futbolística que ha ido creciendo hasta explotar, el pasado mes de noviembre, cuando fue convocada para una concentración en Marbella de la selección española sub-20.

«Claro que no me lo esperaba; estaba contentísima». Ana Franco nunca hubiera imaginado que su trayectoria tomara ese derrotero. En su cuarto año en el club hispalense, gracias a su crecimiento futbolístico alentado por sus destellos y goles que se han traducido en puntos, llamada internacional como aditivo, ha firmado un contrato profesional hasta el año 2022 y ha comenzado a participar más en el equipo de Primera Iberdrola, en el que ha hecho tres tantos en lo que va de liga.

Detrás de su actual momento álgido hay una historia de progresión incuestionable y que sigue apuntando muy alto, ya que ella espera, algún día, «ir a la absoluta», aunque «me queda todavía mucho por aprender y trabajar». De momento, en una temporada en la que la internacional Carmen Menayo se recupera de una lesión de gravedad, es el nombre propio en el fútbol femenino extremeño con su convocatoria para el combinado que dirige Pedro López. Futbolistas como Alba Merino (Deportivo), Estefa (Santa Teresa) o Bea Parra (Betis) son otros referentes en la máxima categoría.

DESDE EL ARAPILES / Todo empezó en el Arapiles, humilde club cacereño y de entonces recuerda, muy agradecida, a José Donaire, su primer entrenador, siendo también su progrenitor, Antonio Franco, su técnico después en el conjunto de la barriada de San Blas. «Mi padre me llevó a jugar en este equipo. Ahí estuve desde los ocho hasta los 13-14 años, y tengo un gran recuerdo de entonces. Me trataron muy bien». Ana se amparaba entonces --como ahora-- en su familia. «Todos me han apoyado muchísimo», subraya con evidente convencimiento.

Sus padres y sus hermanos, Antonio (cinco años menor que ella, y que ahora juega en el San Francisco) y Laura (dos años menor), han contribuido decisivamente a ese crecimiento, pleno de trabajo y aderezado con talento innato, reforzado en esos inicios en el día a día jugando con niños. «Casi siempre he sido la única chica. Me trataron siempre muy bien», apunta agradecida a aquellos futbolistas con los que se fajó en el campo de San Blas, en el que ya mostraba su indudable calidad.

En el Cacereño (de nuevo con chicos) pasó una temporada «también muy buena», para firmar después, con 15 años, por el Femenino Cáceres, ahora en la Liga Reto Iberdrola. Ya estaba segura esta futbolista de que quería dedicarse a un deporte «que sabía que me gustaba mucho». Fueron Alberto Montes y Ernesto Sánchez, actual técnico del equipo, los que la reclutaron para el club. Aquí creció hasta destacar cada vez más.

Ana ya llevaba varios años en las diferentes selecciones extremeñas de base, demostrando su talento. «Al principio era centrocampista organizadora, después la pusimos más adelante, en posiciones de media punta, y ahora en el Sevilla juega más bien de extremo». Ernesto Sánchez asegura que Ana Franco destaca por su técnica y porque «tiene mucho gol» y quepuede seguir en su particular escalada como jugadora de élite. Y añade también que no fue convocada por las selecciones inferiores antes por el estilo de juego de la extremeña, tradicionalmente más aguerrido de lo que se pide para la selección española.

En el Femenino Cáceres tiene a amigas que la han ayudado, además de los citados. «Tengo ahí a Tati, Yaye, Nerea, Yoli, María Luisa, Elsa...», cita la futbolista, que cuenta que llegó al Sevilla tras esos años en su ciudad «pidiendo que me hicieran una prueba y me dijeron que me quedara», cuenta con absoluta naturalidad.

En el Sevilla, club en el que se siente plena, se ve cada año con una mayor confianza, pero todo ello no es gratis, y más para ella, que tiene que compaginar estudios y fútbol con la autoconfianza y autoexigencia de hacerlo bien en ambas facetas. «Ahora que estamos entrenando más a veces tengo más dificultades, pero más o menos lo llevo bien». Y en ello disfruta extraordinariamente en el día a día, aunque a veces sea complicado atender a todo. En el confinamiento en Sevilla lo pasó mal, «pero al final me quedé con dos amigos y llamaba mucho a mi familia, casi todos los días».

MÁS EN LOS SUYOS / De todo ello, de todo lo bueno que le está pasando, lo que más echa de menos es disfrutar un menor tiempo de los suyos de lo que desearía. «Tenemos un fin de semana libre al mes en el fútbol, pero a lo mejor en esos días tengo cosas que hacer y no puedo ir a mi casa. Este último fin de semana sí he estado y ha estado bien, muy bien», agrega.

Franco sueña y sueña desde la barriada de Los Remedios y la Ciudad Deportiva. Sueña con que, dentro de cuatro o cinco años, «siga jugando al fútbol al máximo nivel», dice cuando se le plantea si se ve ahí o ejerciendo la abogacía o haciendo negocios o de broker.

¿Y qué piensa del fútbol femenino extremeño la emergente extremo izquierda? «Está creciendo mucho;antes había muy pocos equipos; ahora los hay en muchos sitios de la región y el nivel está siendo bueno». De momento, ella es una buena referencia para pensar en positivo, al tiempo que un ejemplo de progresión en una carrera deportiva en boga. Ni ella misma hubiera pensado lo que le está pasando ahora.