Jamás deja indiferente a quienes le escuchan Marcos Maynar Mariño (Mérida, 23 de febrero de 1957), médico y fisiólogo con un amplísimo currículum ligado al deporte. En tiempos de pandemia, reflexiona este profesor titular de la Facultad de Ciencias del Deporte de la UEx sobre todo lo que ello supone, según su apasionado y no pocas veces díscolo punto de vista. Apartado del ciclismo y la élite porque los organismos, insiste, están llenos de «mafiosos», es médico del Cacereño, «que lo necesita», y colaborador del Diocesano, algo que hace «encantado de la vida porque me siento muy identificado con ellos, ya que hacen una labor muy bonita y merece la pena». También ayuda puntualmente a otros clubs como el AD Cáceres de voleibol o el Al-Qázeres y, además, a «amigos extremeños del deporte».

Como médico y como catedrático en la UEx, ¿cómo está viviendo esto de la pandemia?

--Como todo el mundo: con desesperación. Obviamente, pensábamos que todo iba a mejor, pero resulta que viene esta tercera oleada y volvemos al inicio, con todo lo que ello supone.

¿Hasta cuándo pronostica que estaremos con este problema?

--No hay ninguna duda: hasta que todo el mundo no esté vacunado o por lo menos el 75 o el 80 por ciento no lo esté, se va a dar la opción de que el virus pase de persona en persona. La vacunación es la clave, y parece ser que no vamos a estarlo hasta al menos finales de este año… esto va más lento que el caballo del malo. Lo que parecía que estaba solucionado, y todo el mundo estaba ilusionado, ahora resulta que por distintos motivos (empresariales, mala gestión y todo eso) está claro que esto no se va a acabar pronto ni desde luego en este 2021.

¿Usted hubiera cambiado algo de la política deportiva global que se ha seguido?

--En el sentido global es difícil decirlo. En federaciones no tan importantes sobre el papel como el voleibol, tenis o balonmano, han paralizado prácticamente sus competiciones, sobre todo con las categorías inferiores. Y esos niños tienen que hacer ejercicio. Les estamos quitando salud por una parte para protegerles de algo que en ellos se ha demostrado que no es tan grave. La mayoría de niños, salvo casos muy excepcionales, han superado los contagios. Se estaban llevando buenas medidas. Mi hija, por ejemplo, que hace voleibol, estaba en un deporte en el que hay sus casos, pero se iban superando y continuaban haciendo ese deporte. Desde ese punto de vista, mal porque le estás quitando salud. Desde el de competición me parece que como se está llevando es correcto. Aquí hay dos conceptos: la mortalidad del virus en sí y lo que son los bloqueos a nivel de sanidad en nuestros centros. Hay mucha gente que ocupan las plazas que servirían para otras. El deporte en sí no está generando más contagio, y eso ha quedado muy de manifiesto.

¿Y qué ha sucedido, entonces?

--Aquí ha quedado de manifiesto la irresponsabilidad de todos en reunirnos más de lo debido. En el fútbol, por ejemplo, no es una cosa importante, porque tenemos uno o dos contactos, a lo sumo. La gente sigue la norma y se cuida con lo que se le dice. Ese es mi pensamiento, que gustará o no.

¿Hubiera parado las competiciones de élite, por ejemplo?

--No. Se está haciendo lo que se debe hacer. Hay jugadores en todos los equipos, también los grandes, como el Barcelona, el Madrid o el Atlético, que se van contagiando, pero que en 10 días ya están a disposición del entrenador. Y todo porque son gente joven con mucha salud. No hay que olvidarse que este virus no es mucho más agresivo de otros de los que tenemos, como el de la gripe, pero se nos mete fácilmente en el cuerpo y nos está haciendo la puñeta. Y eso hace que se paralice la vida sanitaria porque hay muchos más ingresos.

¿Cuál sería el mejor deporte como terapia contra el covid?

--El deporte en sí, mientras sea leve o moderado, está demostrado que aumenta el sistema inmunológico. Por eso el deporte no hay que quitarlo, sino fomentarlo. ¿Por qué? Porque el deporte protege a la gente contra el virus. Esa gente que sale a correr, sus paseos, su actividad, le entra el virus y como tiene el sistema inmunológico muy bien pues lo rechaza. Sin embargo, si le cortamos el deporte bruscamente el sistema inmune se puede resentir. ¿Las pachangas de aficionados, por ejemplo? yo nos la hubiera prohibido porque ahí está todo más controlado que en ningún sitio. Aquí lo que ha desmadrado todo han sido las reuniones familiares y de otros grupos, que nos lo hemos pasado todo por el forro. Hemos estado viviendo hasta navidades perfectamente con todas las otras medidas sin tener brotes importantes y se iba controlando todo. El deporte no estaba generando el problema.

Entonces, ¿usted no hubiera restringido el deporte aficionado?

--No. Tenemos que fomentar la salud, y el deporte es como una pastilla de salud del sistema inmune. Mientras no entiendan eso las autoridades se van a cortar otras cosas. El problema no ha sido tampoco el comercio… insisto que todo viene del desmadre no controlado y que también aquí en Extremadura, como somos una región que tenemos a mucha gente fuera, ha venido todo el mundo de fuera en Navidades. De todas las regiones ha venido alguno y nos ha traído algún regalito. Eso es sabe y eso es así. A ver si esto pasa pronto y volvemos a una cierta normalidad. No soy negativo y creo que esto lo vamos a sobrepasar mejor que la primera vez, pero a ver si la gente se conciencia de que hay que seguir las normas. Las niñas de vóley, por ejemplo, llevaban las mascarillas en los entrenamientos y para jugar.

¿A un futbolista también le recomienda mascarilla, por tanto?

No. Una cosa son los deportes anaeróbicos y otra los aeróbicos. Los que tienen un componente aeróbico muy alto no le vas a poner una mascarilla porque le estás limitando la oxigenación en un porcentaje muy alto y eso puede tener consecuencias negativas.

¿Y lo de la prohibición del público?

--En estadios abiertos, si la gente respeta estar donde se les marca, no tiene por qué haber contagio porque estamos a cielo abierto. Por esa regla de tres estamos andando todo el día andando por la ciudad… a cielo abierto. Hay que apelar a la responsabilidad de la persona. Si se van a celebrar un gol yo entiendo a las autoridades.

¿Están concienciados los propios deportistas?

--Puedo garantizar que sí. El deportista que es serio, incluso el amateur, desde luego. Esto es algo que le importa, entre otras cosas porque le está fastidiando su actividad. Le duele ver que haya irresponsables que le estén haciendo daño a él.

Dijo en su día en una entrevista en este diario que ya no quería saber nada de la élite. ¿Lo cumple?

--Estoy con el Cacereño o el Diocesano, que no son élite élite de verdad, pero del resto… del ciclismo no quiero saber nada de nada porque es un mundo muy hipócrita llevado por mafias como el COI, la UCI, la UEFA, la FIFA que lo que menos le interesan son los deportistas y lo que más lo suyo y sus rollos.