Con sensaciones encontradas acabó la parroquia emeritense el partido del domingo. Por un lado, la derrota frente al Villarrobledo supuso un auténtico mazazo, por el otro, la clasificación para la promoción de ascenso gracias a la victoria del Badajoz, evoca ciertas esperanzas a que el equipo pueda conseguir el objetivo final del ascenso.

Para ello, Miguel Rivera, técnico romano, tendrá que levantar a un equipo que lleva tres derrotas consecutivas por la mínima, cinco partidos seguidos sin marcar y solo tres goles en toda la segunda vuelta. Todo ello aderezado por la lacra de lesiones que llevan sufriendo durante toda la campaña y que el pasado domingo se volvió a acentuar, pues a las cuatro bajas con las que llegaba la plantilla al choque, hay que sumar los dos cambios obligados por lesión que se produjeron durante el partido.

Cabe destacar que, a partir de la lesión de Felipe Alfonso en el minuto 18, el Mérida se vio obligado a jugar con un único defensa nato, y con la de Dani García, hubo que echar mano del canterano Carlos Cinta.

La afición, por su parte, también se encuentra muy desencantada con el equipo, porque ha pasado de depender de sí mismo a tener que darle las gracias al eterno rival.

Todos estos ingredientes forman un cóctel de desánimo complicado de levantar para remontar los cuatro puntos de desventaja que tienen los emeritenses con respecto al Villanovense, que es quien marca el ascenso, pero esta depresión no es exclusiva de los romanos: excepto el Don Benito y el Navalcarnero, tanto el Rayo Majadahonda como el Atlético Baleares tienen proyectos de la suficiente entidad como para verses obligados a acabar entre los tres primeros y no lo han conseguido.

El cuadro serón, a priori, no tenía dicha obligación, pero haber perdido la oportunidad del ascenso directo en casa, en la última jornada, también ha sido una decepción.

Dos semanas de espera

Ahora todos los equipos tienen dos semanas para lamerse las heridas y empezar una segunda fase en la que las dos primeras plazas son las que dan derecho al ascenso. El líder es el Rayo Majadahonda con 28 puntos, seguido del Villanovense con un punto menos, tercero es el Atlético Baleares con 24, los mismos que el Don Benito, 23 puntos tiene el Mérida, y cierra el Navalcarnero con 20.

En el plano estrictamente emeritense, Miguel Rivera buscará en este tiempo soluciones a través de «una reflexión profunda» sobre los dos grandes pecados de su equipo: las lesiones y «el porqué del bloqueo de cara al gol, porque oportunidades tan claras no vamos a tener siempre».