Cualquier deportista siente algo especial cuando se enfrenta a un equipo en el que jugó en el pasado. «En el Diocesano pasé dos años muy bonitos en mi etapa juvenil y les tengo mucho cariño». Roberto Nuevo González, ‘Rober’, volvía con el Moralo a Cáceres, el pasado domingo, para medirse a su ex equipo con una victoria trascendental para los verdiblancos.

 «Cerramos el partido en la primera parte y aguantamos luego porque ellos nos atacaron mucho», dice el mediocampista verdiblanco de 23 años. En su etapa en el Diocesano jugó con varios miembros actuales de la plantilla colegial: Javi González (a su vez con pasado en el Moralo), Jaime, Mancha y Miguel. 

En su día siguió el mismo camino que muchos otros futbolistas de la cantera del entorno de Navalmoral que han jugado o juegan en la actualidad en el Dioce, en su mayoría procedentes de la Escuela Morala de Fútbol. El caso más llamativo es el de Carlos Isaac que está en el fútbol profesional; tras su paso por el Atlético de Madrid le fichó el Alavés el pasado verano y le cedió al Albacete.

Relanzamiento

Rober cree que los tres puntos del domingo (ganó el Moralo 0-3) han revitalizado todas las opciones para su equipo «porque tras derrotar al Cacereño volvimos a pensar en alcanzar el ascenso directo y el domingo que viene contra el Jerez intentaremos seguir la misma dinámica --afirma-- a todos los equipos nos esperan cuatro finales». Volvía este año al Moralo con el que ya había debutado en Tercera División, siendo juvenil de primer año y a las órdenes de Domingo Terrón, antes de irse al Diocesano. Después jugó en Madrid, en Italia y en Toledo. 

De su paso por el fútbol italiano guarda una historia particular relacionada con su salud: «En el reconocimiento médico me diagnosticaron un problema de corazón y me operé allí, fue muy bien y ahora, con controles periódicos, todo es normal». Vive en Talayuela con su familia y estudia en el Instituto Zurbarán de Navalmoral un grado superior de automatización y robótica industrial con prácticas en la Central Nuclear de Almaraz. La semana pasada tuvo una visita familiar especial en un entrenamiento: «mi abuela Admi siempre ha venido a verme y este año sigue mucho nuestros partidos quería tener un detalle con ella y le regalé una camiseta firmada por todo el equipo».

De esta temporada espera que el final llegue con el objetivo conseguido del ascenso del Moralo. Rober ha jugado 18 partidos y aunque en liga no ha marcado fue autor un de un gol histórico: el de la victoria 3-2, en el descuento, de los de Navalmoral en la final regional de Copa Federación ante el Fuente de Cantos, en octubre pasado. En plena segunda fase liguera piensa que todo puede pasar en la lucha por los dos puestos de ascenso directo. «Cada jornada será decisiva y nosotros tenemos que seguir ganando y esperar otros resultados que nos favorezcan --afirma-- queremos subir en esta fase, pero si no lo conseguimos el objetivo claro es ser tercero para jugar dos partidos de playoff en casa y poder ascender».

Rober es la representación más directa de la cantera morala y del fútbol de la zona de Navalmoral (junto a Álvaro Encabo y los hermanos Yony y Sergio Gómez) en un Moralo que vive estos días su mejor estado de forma de toda la temporada. Por delante un apasionante camino.