La victoria emeritense sumada a la derrota serona en la última jornada ha supuesto que en el Mérida se pueda ver el tramo final de la competición con cierto optimismo de cara al ascenso a la Primera RFEF, ya que se han acercado a cuatro puntos de la segunda posición, que ostenta el Atlético Baleares, próximo rival romano, empatado a puntos con el Villanovense, que visita al líder, el Rayo Majadahonda.

Ante esta situación “hay muy poco margen de error”, reconoce el técnico emeritense, Miguel Rivera, que define este momento de la competición como el “más ilusionante” y asevera que “nuestro objetivo es seguir vivos y para eso hay que traer algo positivo”. Teniendo en cuenta el potencial del rival, el empate se podría tomar como suficiente, sin embargo “a mí me gusta atacar y ganar”. El positivismo del entrenador no supone que pierda la perspectiva con respecto al equipo que va a tener enfrente: “Es un rival muy potente con un proyecto para ascender al fútbol profesional. Sabemos que nos vamos a volver a tener que exprimir porque te penalizan mucho como te equivoques. Nos va a exigir un nivel competitivo muy alto”.

En este “ejercicio de supervivencia deportiva” que tiene que realizar el Mérida, Miguel Rivera no descarta mantener la misma disposición táctica porque “a mí me gusta, cuando las cosas salen bien y deja buenas sensaciones, darle continuidad, pero hasta ahora, las decisiones y hasta los cambios han dependido de las lesiones y de la disponibilidad”. En este sentido, parece que Rocha “nos puede ayudar para el domingo, pero no queremos correr riesgos, porque queremos que nos ayude también en el resto de jornadas”. El resto de bajas se mantienen, mientras que “hemos estado cuidando al máximo el tobillo de Rubén Valverde, así como a Dani García y a Álvaro Barbosa que terminaron muy cargados el domingo”.