Si un recién ascendido repite un 80% de jugadores de su plantilla y termina tercero resulta difícil hacer una lectura mínimamente negativa. Al Sagrado Corazón Lithium Iberia (16 victorias y 4 derrotas) solo le queda la espina de haber tenido muy cerca la fase de ascenso a la LEB Plata y no haberse clasificado, ya que su debut en la Liga EBA ha resultado casi perfecto.

Su entrenador, Juan Pablo Márquez, lo califica de «fantástico» y reitera que no se podía esperar algo así de un grupo de jugadores extremeños apoyado con gran eficacia por el dominicano Jeison Colomé y los argentinos Vicente Garello y Ezequiel Dentis. «Todo ha funcionado de una manera muy cercana a ser óptimo», afirma el experimentado técnico. «Ha sido una temporada que todos los partícipes recordaremos con mucho cariño, que al final es lo que queda de todo esto», añade.

Se trata de un club humilde, de una década escasa de vida, que realizó un esfuerzo supremo por pasar de Primera Nacional a EBA el pasado verano. «Ha merecido la pena. Nos tiramos a la piscina y hasta nos preguntábamos si habíamos hecho bien cuando ya estábamos inscritos, por si esto nos venía grande. No ha sido así. Lo hemos disfrutado mucho y hemos hecho disfrutar a esta modesta familia», estima Márquez, que elogia el trabajo coral a nivel interno. «Para que esto luzca participó mucha gente. No solo lo que se hace sobre la cancha, sino todo lo que tiene detrás un club que es pequeño. Ha sido especialmente complicado por la pandemia, pero todo el mundo sumó y aportó y tuvimos suerte de que en la pista los muchachos hiciesen lo suyo también», sostiene. Está especialmente agradecido a los jugadores: «quiero pensar que a ellos les va a ayudar a hacer la carrera que quieran tener el baloncesto».

El que más ha dado que hablar ha sido Colomé, un superanotador que ha asegurado 28,2 puntos por encuentro, ayudando también en otros aspectos del juego (7,2 rebotes, 3,3 asistencias, 3,4 robos de balón…). Pero también Garello (16,1 puntos y 7,8 rebotes) ha demostrado ser un pívot interesante para ligas más exigentes. En cuanto a los extremeños, Adrián Parra y Dani Holgado han gozado de un interesante protagonismo y hasta han gozado de minutos veteranos como Lorenzo Díaz y Ricado Mercado.

El Sagrado siempre ha estado en la zona alta de la clasificación, en una dinámica ganadora que solo se vio rota ante los dos grandes dominadores de la competición, Huelva Comercio y Ciudad de Huelva, y en el choque de la penúltima jornada frente al Cimbis. Superar en un vibrante choque al Huelva Comercio, campeón de grupo, en el cierre de la liga (94-91) fue el colofón ideal y una pequeña compensación por no haber podido tener público en la mayor parte de los encuentros como local. «Las cosas han sido como han podido ser. Nuestros partidos han sido muy poco importantes con la dimensión que ha tenido todo esto. Sí hemos podido sentir el calor de la gente en la recta final, con un ambiente muy especial», se consuela Márquez. 

El Torta del Casar Extremadura festeja uno de sus seis triunfos.

Torta del Casar Extremadura

El balance en el Torta del Casar Extremadura (octavo con 6 victorias y 14 derrotas) tiene el obligado matiz de que se trata de un equipo manifiestamente de formación, filial del Cáceres Patrimonio de la Humanidad de LEB Oro. «La valoración es positiva. La idea que teníamos cuando empezó el equipo se ha cumplido. Todos los jugadores han tenido minutos y su desarrollo individual ha sido bueno», destaca su entrenador, Armando Gómez, que, sin embargo, no elude la autocrítica. «A nivel competitivo no estoy del todo satisfecho. Podíamos haber competido mejor. El tema de la edad de la plantilla influye, pero en algún partido no hemos tenido el carácter y la personalidad necesarias. Son experiencias, pero no hemos conseguido mantener la línea ascendente respecto a lo que hicimos la temporada pasada. No he sido capaz de sacarles de esa inseguridad que nos entraba cuando el rival se nos iba en el marcador», reconoce.

Efectivamente, la pasada campaña fue mejor. El Torta completó la primera fase con 9 victorias y 7 derrotas y empezaba a disputar el grupo de los mejores cuando llegó la pandemia. En estos últimas meses no se ha transmitido lo mismo. «Respecto a la formación no es lo mismo formar ganando que formar perdiendo. Esto es una realidad. Si durante la semana haces un trabajo y en el partido no sale, es difícil convencer a la gente para que lo siga haciendo», lamenta Gómez.

El club no ha dado tanto en el clavo a la hora de acudir al mercado. Nadie llegado de fuera, especialmente el letón Karlis Helmanis, ha llenado el enorme hueco dejado por Sylvester Berg, hoy en día muy útil ya en el Cáceres. Y resulta complicado de explicar que un norteamericano como BeeJay Anya se haya pasado meses poniéndose en forma para disputar únicamente un encuentro. Jóvenes como Juan Santos han empeorado sus números, aunque otros como Edu Recio y Edu Chacón los hayan mejorado.

«Hemos tenido unas normas defensivas que no se han cumplido en muchos partidos. Y eso es un tema de concentración, madurez, responsabilidad. Que jugadores jóvenes cometan errores está permitidísimo en los entrenamientos, pero en los partidos tenemos que limitarlos: pérdidas, faltas cometidas, que somos los que más hemos hecho… son cosas que te lastran para que los jugadores se desarrollen mejor de lo que lo han hecho», asume el técnico, que se pondrá a disposición del club al final de la temporada para que se evalúe si sigue ejerciendo un doble y probablemente extenuante papel, ya que también es ayudante de Roberto Blanco en el primer equipo.

Pese a todo, defiende la idea de que siga habiendo un filial en EBA, «la categoría perfecta para que nuestros juniors se desarrollen, ya que la liga regional se les queda pequeña. De lo que más orgulloso estoy es de que los chicos hayan ayudado al primer equipo y eso le ha dado calidad a sus entrenamientos. Cada jugador tiene su progreso y su camino y no hay que tener prisa. El proceso de maduración depende de cada uno».