0 - Moralo: Adríán Real, Encabo (Rubén Rivera, min. 62), Kupen, Suso, Yony, Perujo (Víctor Arribas, min. 62), Sergio Gómez, Écija, Rober (Akisco, min. 71), Borja Cabanillas (Clifford, min. 62) y Barbero (Édgar, min. 46).

1 - Diocesano: Miguel Ángel, Fran Castro, Kerkich, Ginés, Patxi, Javi González (Manu Martín, min. 93), Javi Mancha, Jorge Rastrojo (Germán, min. 93), Fran Cano (Jaime, min. 71), Víctor (David Andrada, min. 93) y Luismi (Montejano, min. 71).

Gol: 0-1, minuto18: Fran Cano.

Árbitro: Cuadrado López-Romero. Expulsó al entrenador local Dani Pino (min. 87) y amonestó con cartulina amarilla a Encabo, Yony, Suso y Sergio Gómez por el Moralo y a Ginés, Patxi y Javi Mancha por el Diocesano.

Incidencias: 600 aficionados en el Municipal. Homenaje a la directiva saliente de la Escuela Morala. Minuto de silencio por la abuela de los jugadores moralos Yony y Sergio Gómez.

Rumbo al playoff con la plaza ya definida para los dos: el Moralo cuarto y el Diocesano quinto. El resultado de este partido (0-1) despeja el futuro de ambos equipos en medio de la incertidumbre, por el desarrollo de lo que queda, tras el aplazamiento del Montijo-Cacereño. Los de Cáceres devolvieron la victoria morala en su cancha del mes pasado (0-3) con una solvencia y claridad que el resultado no muestra.

El Diocesano mereció el botín que consiguió gracias a su superioridad en el conjunto del partido; construida a base de velocidad, anticipación y hasta mejor colocación sobre la cancha. El Moralo nunca encontró el ritmo y adoleció de una inquietante debilidad ofensiva muy lejos siempre del gol.

Una jugada mostró a los cinco minutos cual iba a ser el dibujo del partido con los dos futbolistas más inspirados del Dioce: entrada por la derecha y remate con Víctor y Rastrojo mostrando sus brillos. 

El Moralo por entonces aún peleaba la posesión y un cabezazo de Barbero y un disparo de Borja Cabanillas, tras buena combinación, animaban su juego. Pero, en el minuto 18, Jorge Rastrojo ganó la partida a Perujo y su centro lo remató Fran Cano en el 0-1. Un gol que cerró la historia del partido.

Tras el descanso, el Moralo no subió su nivel y el Diocesano siguió encontrando su juego rápido y vivo. En el área visitante, con los delanteros moralos desaparecidos, solo Sergio Gómez remató un par de veces con peligro y en la local Javi González le pudo marcar a su exequipo y, casi al final, Víctor tuvo el cero a dos, pero detuvo Adrián Real. La emoción al menos salvó el partido, por el corto resultado y el hecho de que un empate salvaba parte de los muebles al Moralo. Sin embargo, no hubiera sido justo. El Diocesano fue sencillamente mejor.