Este próximo fin de semana arranca el grupo extremeño, el XIV, de Tercera RFEF, que ha pasado de ser la cuarta a la quinta categoría nacional. Después de la reestructuración de la última campaña, con tres ascensos y seis descensos de una tacada, el grupo queda reducido a 16 participantes, con 30 jornadas de liga por disputar. El primer clasificado subirá directamente a Segunda RFEF. Del segundo al quinto se jugarán otra plaza que le llevará al ascenso si supera una única eliminatoria contra un equipo de otro grupo.
Con la amenaza del descenso para los tres últimos clasificados, queda una competición en la que no tiene cabida una zona intermedia tranquila. Conscientes de este panorama, la mayoría de los clubes se han reforzado y han reclutado a buena parte de los jugadores que ascendieron la temporada anterior. Además, son varios los futbolistas de renombre que han recalado en la Tercera extremeña, por lo que el nivel no se verá reducido tanto como podría parecer por el hecho de contar con ocho equipos de la región en categorías superiores.
La competición se antoja apasionante por igualada. Los favoritos no lo son tanto como en temporadas anteriores y hay muchos que quieren sumarse a la pelea por los puestos de honor y resulta complicado adivinar candidatos claros para la parte baja.
Aspirantes al ascenso
Moralo y Llerenense aparecen en las quinielas como los más firmes aspirantes al ascenso directo. Los de Navalmoral han sufrido las bajas de varios de sus hombres franquicia, más dolorosas por tratarse de gente de la casa, pero los relevos no le van a la zaga en calidad y cantidad. Miguel Rubio, Miguelete, que llegó al club al final de la temporada anterior, será el técnico de este nuevo intento verde por lograr el ascenso.
Por su parte, el Llerenense ha sorprendido este verano con incorporaciones de relumbrón, entre las que destacan dos sinónimos de ascenso como son Cristo y Ruano, que llegan para marcar la diferencia en el grupo que dirigirá Marco Ortega.
Pero la lista de equipos candidatos para estar arriba se extiende prácticamente al resto de participantes.
Los precedentes obligan a contar con el Diocesano desde el inicio. Tras cada reestructuración veraniega, el equipo colegial ha mejorado la campaña anterior hasta quedarse a un paso del ascenso. El director de la orquesta, Adolfo Senso, tratará otra vez de que los nuevos músicos sigan haciendo sonar la misma sinfonía.
Por población, historia, estadio, masa social…, el Plasencia es el club con más nombre de los que han quedado en Tercera. Pero ha sufrido la salida de algunos de sus futbolistas más destacados en la última temporada. Todo lo que lleve a que el bloque de José María Jiménez Rebollo brille por encima de los nombres serán buenas noticias para la UPP.
El Jerez ha acometido la más profunda renovación en muchos años con la salida del grueso de los que han sido sus hombres de referencia durante muchas temporadas y la llegada de futbolistas más jóvenes. Para mantener el gen templario el club ha recurrido al regreso del más ilustre de sus caballeros, Vázquez Bermejo.
Miguel Ángel Ávila sigue al frente de un Arroyo que ha apuntalado su bloque con incorporaciones de jugadores top de la categoría en sus puestos, que le dan un salto de calidad a un equipo, ya de por si, competitivo como para contar con ellos para poder aupar su escudo a los puestos de privilegio.
Muy cambiados
Muchas renovaciones y algunos retornos, complementados con la llegada de jugadores jóvenes de calidad, forman la plantilla del Calamonte en el que Ángel Gutiérrez, Angelito, tratará de poner su sello y llegar a los resultados desde el buen trato de balón.
Solo seis jugadores de la pasada campaña continúan en un Azuaga acostumbrado a vivir en la parte media-alta de la clasificación los últimos años. José Miguel Ramos será el entrenador de esta incógnita que siempre supone la confección de un equipo prácticamente nuevo.
Cambio en la directiva y continuidad, con algunos retoques, en la plantilla del Trujillo, incluida la del pichichi Joselu. Los de Maxi Ovejero apelan a que, por diversas circunstancias, los merecimientos de la pasada campaña fueron muy superiores a los resultados obtenidos.
Más caché
El Miajadas estaba siendo uno de los equipos con menos movimientos del verano, pero, en las últimas fechas, el equipo de Aitor Bidaurrázaga se ha destapado con uno de los bombazos del mercado, la incorporación de Jesús Rubio, un futbolista que, por su pasado en superiores categorías, sube el caché de la competición.
Continuidad en el Olivenza que ha renovado la confianza en un hombre de la casa como Jesús Acedo, Chuno, para dirigir, desde el inicio, a un bloque consolidado y salpicado con futbolistas de calidad contrastada.
El recambio más sonado del Aceuchal se ha producido en su banquillo. Tras varias temporadas con Cisqui al mando de la nave piporra, lo sustituye Juanpe Sánchez, entrenador de relevancia en el grupo extremeño que tratará de poner su sello competitivo en un equipo que mantiene al grueso de su plantilla.
El recién ascendido Villafranca ha hecho incorporaciones de quilates para luchar por mucho más que mantener la categoría, como ha quedado patente en la reciente Copa Federación, en la que los de José Manuel Cisneros, Pana, se plantaron en la final.
El Don Álvaro paseará con orgullo por primera vez en Tercera el nombre de la población con menos habitantes en la categoría. Estará dirigido por uno de esos jóvenes talentos de los banquillos extremeños, Carlos Pizarro, que tendrá entre sus cometidos principales mantener el fortín que todos saben ya que supone su estadio.
Completan el grupo los filiales de los representantes extremeños en Primera RFEF, Extremadura y Badajoz. Supeditados a las necesidades de sus primeros equipos, más acentuadas esta temporada, sobre todo en el caso del Extremadura B de Cisqui, pueden ganar a cualquiera cuando estén todos disponibles, aunque parece difícil que puedan ser animadores de la parte alta de la tabla, como venía ocurriendo las últimas temporadas. Por su parte, el Badajoz B que dirige Antonio López, Stili, ha acometido fichajes más encaminados a pelear, con solvencia, la propia competición.
