1 - Extremadura: Pedro López; Gato, Fran Cruz, Morcillo (Vargas, m.24), Varela, Lolo González, Dani Toribio (Sergio Gil, m.56), Elías, Pastrana (Villacañas, m.75), Kike Márquez (Musa, m.70), Rubén Mesa (Sebas Coris, m.56).

4 - Zamora: Mapisa; Carlos Parra, Xisco, Juanan, Jorge (Baqué, m.58), Cordero, Rojo, Javi Navas (Baselga, m.58), Luque (Espejo, m.68), Kepa (Coscia, m.68), Mario Losada (Dieguito, m.68).

Goles: 0-1 Cordero, m.2; 0-2 Mario Losada, m.11; 0-3 Carlos Parra, m.48; 0-4 Mario Losada, m.65; 1-4 Musa, m.79.

Árbitro: Palencia Caballero (vasco). Amonestó con amarilla a los locales Kike Márquez y Fran Cruz y a los visitantes Juanan.

Incidencias: Estadio Francisco de la Hera. 350 espectadores. 

Dice el refranero español que uno recoge lo que siembra. Y, sin duda, no podría aplicarse de mejor manera al Extremadura UD en esta terrible noche de Copa. Su afición, que ha sido y será su mayor tesoro por los siglos de los siglos, lleva meses diciéndole a los que gestionan este club que las cosas no se están haciendo bien. Estalló durante la semana. Algunos no lo creían. Viven en una realidad paralela, alejado de lo que se siente y palpa en las calles de Almendralejo. Pero sin duda, el partido de Copa ante el Zamora les abrió los ojos de par en par. Apenas 350 personas en el Francisco de la Hera. Sin graderío de peñas. Sin gritos de Extremadura. La peor imagen en 14 años. Y para postre, un baile del Zamora en Copa para sacar los colores con un 1-4. Un batacazo social y deportivo que sólo significa una cosa: no hay más fondo ya. Y si lo hay, será mejor no verlo.

La Copa ya es historia para el Extremadura esta temporada después de salir vapuleado en su propio estadio ante un Zamora que va penúltimo en liga, pero que destrozó en carne viva a un conjunto almendralejense sin alma ni corazón. Salió el equipo azulgrana con un once teóricamente titular y el Zamora con un once teóricamente suplente. Pero nada importa. La realidad no está en el césped, sino en el día a día de un vestuario que no tiene la cabeza en Almendralejo.

Al primer saque de esquina del partido, el primer gol. El destino quiso que abriera la lata para el Zamora un almendralejense: Carlos Cordero. Precisamente, uno que huyó de la quema antes de que se iniciara el año cuando era jugador aún del Extremadura, temiéndose lo que iba a pasar. Cazó el rechace del primer córner del encuentro para marcar el 0-1.

Apático, sin sangre y sin alma, el Extremadura encajó casi a renglón seguido el segundo tanto. Una jugada de tiralíneas del Zamora con una defensa nula de los azulgranas. Mario Losada se quedó en el mano a mano con Pedro López y definió a la perfección. Pudo llegar el tercero antes de la media hora, pero el portero del Extremadura sacó un pie milagroso en otro mano a mano de Jorge.

Aspecto de vacío en las gradas del Francisco de la Hera. EP

El Extremadura, que apenas compareció ayer sobre el césped, tardó media hora en disparar. Lo hizo Rubén Mesa, desviado. Arriba, el equipo de Manuel Mosquera fue nulo. 

Antes de arrancar la segunda parte, Kepa volvió a perdonar otro gol del Zamora en un tiro cruzado.

Si alguien esperaba una ligera reacción en la segunda parte, se equivocó. A los dos minutos de la reanudación, Carlos Parra cogió la pelota en el centro del campo y se paseó como Juan por su casa para llegar hasta la frontal del área sin oposición. No tuvo que hacer ningún regate. Pasillo ancho y disparo cruzado para hacer el 0-3. Otro regalo por Navidad.

Pero todavía se podía pintar peor el partido. Y llegó el cuarto. Fue en un balón en profundidad a Mario Losada que el delantero falló ante Pedro López, pero que en el despeje de uno de los centrales pudo marcar el propio Mario de rebote y con fortuna. 0-4.

Aguantó como pudo la vergüenza el poco público que decidió ir al Francisco de la Hera. Difícilmente los veremos de nuevo por allí ante semejante esperpento. Y, al menos, pudo ver el gol de la honra de Musa, después de rematar una falta lateral bien colocada por Elías. 

El Zamora supo mantener la posesión y el partido ante un Extremadura que tampoco le obligó a mucho más. Eliminado de la Copa, sin perspectivas de futuro, sin noticias de lo institucional, sin rumbo en la gestión, sin una plantilla motivada y, lo peor, sin tu gente, que decididamente ha castigado al club y a su gestión.