Pasó el día clave y, como era de esperar, no hubo soluciones. El administrador concursal del Extremadura UD informó a la jueza de lo mercantil número 1 de Badajoz que no había llegado la inversión prevista que garantizara un plan de viabilidad del club. El juzgado ya tiene la notificación y es probable que la próxima semana dicte un auto de liquidación, iniciándose un camino angustioso para el Extremadura UD cuyo final más traumático es la desaparición de la entidad.

La pregunta es: ¿queda algún milagro al que agarrarse? Puede resultar paradójico, pero al Extremadura UD podrían quedarle algunas balas en la recámara. Según fuentes jurídicas consultadas por este periódico, una vez que el jugado de lo mercantil de Badajoz decrete el inicio de la fase de liquidación de la sociedad anónima deportiva del Extremadura, abrirá un plazo de alegaciones. Es tiempo que tendría el Extremadura UD para seguir buscando una inyección económica de última hora, sea el grupo Khalifa o las otras opciones que ha barajado. Si entrara en plazo, podría formular alegaciones con el dinero en cuenta y que éstas prosperaran, aunque ya dependería de cómo viera la jueza ese plan de viabilidad. 

Otra vía que se abre es la de la subasta. Una vez que termine ese plazo de alegaciones, si el Extremadura UD no hubiera encontrado soluciones podría haber un pequeño plazo para subastar su unidad productiva, es decir, que un inversor a través de una sociedad se hiciera cargo de los bienes y derechos tangibles (jugadores, empleados, técnicos... ) e intangibles (escudo, himno, colores corporativos...) de la sociedad. En este caso, la jueza fijaría un precio por la sociedad y en ese precio ya no podría influir el actual máximo accionista del Extremadura UD. Un caso parecido, con ciertas connotaciones específicas, ocurrió con el Córdoba CF. 

Por tanto, pese a la situación límite que vive el club, hay algunas alternativas que darían cierta vida aún a este Extremadura UD, pero son claramente opciones remotas y de máxima dificultad que, en cualquier caso, precisarían de operaciones casi quirúrgicas en lo administrativo y económico para llevarlos a cabo. Y en cualquiera de los casos, el factor dinero es el elemento más importante para pagar todo lo que se adeuda. Que no es poco.

Silencio

Han pasado casi dos días desde que expirara el plazo que tenía el Extremadura para que la jueza no empezara a abrir la liquidación y, de momento, el club no ha dicho nada. Ni en sus redes sociales ni en rueda de prensa. Ese mutismo es lo que tiene enfadada a su afición, que considera que el Extremadura UD debería haber dado un paso adelante para informar a sus socios y abonados sobre lo que está ocurriendo y cuáles son las expectativas. 

Hay que decir que el Extremadura, mientras dura todo el proceso de liquidación, podría seguir compitiendo en liga, aunque se desconoce con qué jugadores si los actuales se fueran. 

Caso Reus

El caso más parecido al del Extremadura UD de un equipo que se haya caído de manera rotunda hacia abajo tras estar en el fútbol profesional es el Reus Deportivo, cuya sociedad anónima deportiva fue liquidada incluso estando en Segunda División. En aquel caso, sus propietarios no pudieron presentar ninguna propuesta de plan económico para saldar la deuda con los acreedores. Tras cumular impagos con jugadores de la primera plantilla y el filial, la entidad fue expulsada de LaLiga en 2019 terminó recolocada en Primera Catalana. Sus últimos dueños (inversores americanos) trataron de conseguir una suspensión cautelar del fallo de liquidación para seguir compitiendo, pero el juzgado de lo mercantil de Tarragona desestimó el trámite y el club desapareció.

En las últimas horas también hay incertidumbre en los abonados, que no saben si podrán seguir viendo partidos de fútbol con su abono en el Francisco de la Hera. Muchos de ellos ya advierten que reclamarán al presidente si no pueden disfrutar de lo que queda de liga. Lo dicho, el Extremadura se enfrenta a una liquidación compleja. Y muy angustiosa.