Honor en la victoria... y en la derrota

En la victoria y en la derrota, por cada minuto que se defienda con honor la camiseta azulgrana. Amén. Así terminaron de ver los aficionados del Extremadura este sábado a su equipo en Lezama tras perder 3-0 ante el Athletic B en el que podría ser el último partido de la historia del club. O no. Quién sabe ya en esta desconcertante película. Lo cierto es que el Extremadura perdió de manera previsible ante el Athletic con un resultado que puede parecer contundente, pero que tapa otro gran partido de los chavales que están salvando la honra de este club despedazado a martillazos. La afición se siente más que orgullosa de estos niños que han vuelto a morder el escudo del Extremadura para pegárselo durante 90 minutos al alma. Y aunque no les haya valido para sacar nada de Bilbao, se llevan otro bravísimo reconocimiento de su gente.

Perdió el Extremadura. Como era más que lógico y normal. Lo hizo porque se topó con un filial con las orejas puntiagudas, que ya sabía de la campanada en Irún y que, además, llevaba 13 de partidos sin ganar y estaba sediento de puntos. Y para postre el Athletic, un filial repleto de calidad por los cuatro costados al que cuesta verle este año tan abajo con ese elenco de chavales. Como ejemplo, Aguirrezabala, el portero, que tres días antes había sido el arquero titular del primer equipo para eliminar al Barcelona en la Copa. Ahí es nada. 

Sobrepasado

El Extremadura peleó, dio la cara y se defendió como un león hasta que pudo, pero la realidad futbolística es que estuvo desbordado en todo el encuentro. Apenas se jugó al fútbol en una portería. Le salvó un compromiso y orgullo infinito de los chavales y una gran actuación del portero Alex Guillén para no llevarse de Lezama una goleada mayor.

Manuel puso en el campo todo lo que tenía. Incluso, tuvo que poner de titular a Pau Silva, un chaval de 17 años que pasó de hacer tres entrenamientos a ser titular en Primera RFEF. Hubo orden, muchas vigilancias y gran concentración. Y eso le dio al Extremadura para llevar el partido al descanso sin goles.

El Athletic B lo intentó de todas las maneras en la primera parte, especialmente Artola, que tuvo tres disparos desde la frontal del área que no vieron puerta. En todos ellos, bien incomodado el jugador rojiblanco por los chavales del Extremadura. 

Alex Guillén realizó tres paradas soberbias. La mejor de todas al delantero Aritz Pascual, que tras un reverso fusiló raso e hizo lucirse a Alex con una parada casi de balonmano abajo con el pie. En la primera parte, el Extremadura ni se asomó a la portería contraria.

Efectivo

Todo lo que falló el Athletic en la primera parte se lo recompensó el fútbol en la segunda. Antes de marcar el primero, Alex Guillén salvó con otra parada sobre Malcolm otro gol. 

No pudo aguantar más chaparrón de golpes el Extremadura. A los siete minutos del segundo acto, tras un córner que Pascual peinó en el primer palo, Paredes lo convirtió en gol libre de marca para adelantar a su equipo. Era lo normal tras un asedio tan constante.

Trató de estirarse el Extremadura tras el gol y, al menos, estuvo merodeando el área contraria durante un pequeño tramo de partido. Un par de centros y un disparo de Mosquera fue lo rescatable. La lógica se impuso y en una gran jugada de Malcolm, Mulero metió el pie dentro del área de manera inocente y cometió penalti. Lo marcó Malcolm, que allanaba el partido para su equipo.

El propio Malcolm hizo minutos después el tercero al recibir un gran balón interior de Pascual y definir con un gran chut cruzado, Inapelable para Alex. 

Alex Guillén, Murillo, Parada, Assan, Peteiro, Diego Felices, Cortés, Mosquera, Moi Parra, Mulero, Pau Silva, Carlos, David García y Fran Rosa hicieron lo máximo que estuvo en sus manos. Se dejaron la piel junto a un cuerpo técnico que se mantiene en pie casi de forma legendaria. En lo bueno y en lo malo, en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad... y también en la victoria y en la derrota, honor para ellos en un Extremadura que está al borde del abismo.