83 - Movistar Estudiantes: Lucas Faggiano (10), Johnny Dee (15), Adams Sola (3), Nacho Martín (1), Kevin Larsen (17) -cinco inicial- Felipe dos Anjos (2), Rubén Domínguez (0), Alex Urtasun (15), Nacho Arroyo(2), Javier Beirán (8), Nemanja Djurisic (10), Emil Stoilov (0).

76 - Cáceres Patrimonio de la Humanidad: Jorge Sanz (11), Devin Schmidt (13), Manu Rodríguez (15), Duje Dukan (8), Ben Mbala (5) -cinco inicial- Mateo Díaz(4), Jaume Lobo (6), Carlos Toledo (2), Romaric Belemene (2), Julen Olaizola (10).

Marcador por cuartos: 16-16, 34-37 (descanso), 63-55 y 83-76. 

Árbitros: Cañigueral, García y Fanes. Eliminado: Mbala (min. 37).

Incidencias: Vigesimosexta jornada LEB Oro. Partido disputado en el WiZink Center de Madrid.

Soñó durante muchos minutos el Cáceres Patrimonio de la Humanidad con dar la gran sorpresa en el WiZink Center, pero finalmente el Movistar Estudiantes fue más sólido y cumplió el pronóstico. El 83-76 le permite colocarse como colíder de la LEB Oro, mientras que para los extremeños no produce ningún daño inesperado. Saben que se jugarán estar en los playoffs de ascenso en partidos como el del próximo jueves en el Multiusos frente al HLA Alicante (21.00 horas).

El duelo de la madrileña calle Goya, en un recinto que horas antes había cogido una fiesta de eminente sabor cacereño como el Festival Horteralia, resultó muy parejo durante su mayor parte. Los visitantes lucharon admirablemente ante un rival histórico, superior en todos los aspectos, que necesitó explotar todos sus recursos para imponerse. Recordó lo sucedido al partido de la primera vuelta entre ambos contendientes en el Multiusos, cuando los madrileños solo consiguieron despegarse en los tres últimos minutos para firmar el 62-71 definitivo.

Los jugadores de Roberto Blanco no le perdieron la cara al choque casi en ningún momento, pese a un inicio frío que hizo temer lo peor. A los 4 minutos el ‘Estu’, con un Kevin Larsen incontenible, ganaba 9-1 a un Cáceres visiblemente nervioso, pero que se agarró a su defensa. 

Un parcial de 4-25

Y es que durante largas fases protegió su aro de forma admirable. Cuando consiguió compaginar eso con el acierto desde la línea de tres puntos, con un Jorge Sanz muy inspirado, equilibró rápidamente el partido. Los colegiales se quedaron estupefactos al ver que no podían aplicar el frecuente rodillo que sacan en sus partidos y al final del primer cuarto la situación estaba equilibrada (16-16).

Faltaban los mejores momentos del Cáceres, que con una canasta de Romaric Belemene se puso por delante por primera vez al arrancar el segundo. Una maravillosa exhibición ofensiva y defensa se encadenó entonces, curiosamente con la ‘segunda unidad’ verdinegra en la pista superando con claridad a la del anfitrión.

La diferencia llegó a ser de 13 puntos (16-29, min. 15), con un puñado de seguidores cacereños en la grada disfrutando al máximo de cada jugada y sintiendo que el milagro era posible. 

Sin embargo, Jota Cuspinera, entrenador del Estudiantes, encontró en Alex Urtasun la solución. La entrada del veterano escolta varió rápidamente la tendencia. En ese lapso no faltaron varias opciones de auténtica mala fortuna del Cáceres y una extraña técnica a Roberto Blanco. Los locales se pusieron a tiro de piedra (29-31, min. 18), aunque no lograron culminar su remontada antes del descanso, al que se llegó con 34-37. Su desacierto en el tiro exterior les estaba penalizando (3 de 17 en triples).

Segunda parte

Johnny Dee empezó a solucionar eso a la vuelta de vestuarios y devolvió la iniciativa a su equipo desde lejos (41-39, min. 22). El Cáceres podía haberse dejado intimidar, pero respondió de la misma manera. Un triple de Devin Schmidt --una de sus escasas acciones de gran mérito cuando el partido todavía estaba vivo-- y dos de Duje Dukan, que se medía a su exequipo, insuflaron oxígeno (53-55, min. 27).

Ben Mbala trata de anotar ante Nacho Martín. MOVISTAR ESTUDIANTES

Llegó en ese momento quizás el punto de inflexión de la tarde madrileña. El Cáceres se olvidó de anotar y, aunque no permitía que su oponente lo hiciese con demasiada continuidad, sí se vio demasiado atrás para sus propios méritos al final del tercer cuarto (63-55 con polémica falta en el último segundo y dos tiros libres anotados para Urtasun). 

Aún así, Cáceres no entregó las armas. Con más corazón que cabeza y peleando por cada balón, aunque sufriendo enormemente cada vez que le llegaba a Larsen, sobre todo si le defendía Mbala, se agarró a sus opciones. De hecho, a falta de cinco minutos solo perdía por tres (67-64) y Schmidt tuvo un triple frontal para empatar, pero el balón se le salió de dentro y en su respuesta el Estudiantes ya no tuvo piedad de ningún tipo.

Hubo un momento que hasta pareció que el marcador iba a ser más cruel de lo deseable. No fue así y los cacereños pudieron salir con la cabeza alta del WiZink Center, donde aún no ha ganado visitante alguno esta temporada que no sea. La del partido del Estudiantes no era su batalla principal, aunque ganar hubiese sido un aldabonazo, como ocurrió semanas atrás en la pista del Covirán Granada.