Iberia tiene preparados distintos fines para invertir los 700 millones de euros que conseguirá por la venta del 18,5% que posee en la sociedad de distribución de viajes Amadeus. Uno de ellos es financiar la creación de una filial de vuelos baratos, aunque este proyecto se descartará si la aerolínea reduce costes hasta los 400 millones de euros.

Esta política de contención de costes ha permitido a la compañía compensar en el 2004 la caída de los ingresos por viajero (un 4,2%, sobre todo en clase turista) por la competencia de las líneas de bajo coste y la subida del 17,4% del combustible por el alza del petróleo. Mientras que los ingresos por explotación subieron el 4,2% hasta los 4.805 millones de euros, los gastos crecieron casi un punto menos (el 3,3%).

Esta mejora es lo que ha reportado a Iberia un beneficio de 220 millones de euros el año pasado, el 52,4% más que en el 2003. Se trata de los segundos mejores resultados de la historia de Iberia.