La undécima edición del Premio Alfaguara, que se falló el pasado 25 de febrero, apostó por el género de aventuras. Chiquita , la historia de la enana cubana Espiridiona Cenda, bailarina y cantante de los teatros de variedades de comienzos del siglo XX, escrita por Antonio Orlando Rodríguez (Ciego de Avila, Cuba, 1956), fue elegida por el jurado como la mejor entre los 511 originales remitidos desde España y Latinoamérica.

EL PREMIO

El galardón, un referente ya entre los premios literarios en castellano, está dotado con 175.000 dólares (unos 118.150 euros).

La novela está concebida como una autobiografía dictada al final de la vida de quien fue llamada artísticamente la muñeca viviente, una mujer de unos 66 centímetros de altura que visitó los principales escenarios de Estados Unidos y Europa. La azarosa vida de Espiridiona, nacida en 1869, da pie al autor a repasar la historia de Cuba desde el esclavismo hasta la guerra de los mambises por su independencia y la influencia Estados Unidos. De hecho, el entonces presidente norteamericano, William McKinley regaló a esta particular artista un coche tirado por ponis.

"Mi objetivo es seducir al lector", dijo Antonio Orlando Rodríguez en una videoconferencia desde Miami, ciudad en la que reside desde hace unos años tras abandonar Cuba porque "quise ejercer mi derecho a conocer nuevas realidades". En materia literaria su referente son los clásicos y una cierta literatura social que apueste por el "derecho de los individuos a ser ellos mismos", como en el caso de su protagonista que afrontó con inteligencia e ironía su exhibición como curiosidad en todas las ferias de monstruos de la época.

Por su parte, el presidente del jurado, el escritor nicaragüense Sergio Ramírez, destacó de esta obra que está dentro de "las grandes novelas latinoamericanas de aventuras que eligen personajes con anormalidades", sean políticas o de otro tipo.

EL JURADO

El jurado ha destacado que Chiquita es "una novela a la vez elegante y llena de vida, con una notable gracia narrativa y una imaginación sin descanso, que despliega, como una inmensa partitura de ejecución precisa, la época y la vida de un personaje extraordinario".

En palabras del también miembro del jurado Jorge Vopi, la protagonista "es un personaje fascinante", que puede servir de "metáfora de la propia Cuba, una isla pequeña pero con una influencia decisiva en el resto del mundo". El jurado ha estado formado además por el escritor argentino Guillermo Martínez y los españoles Ray Loriga y Angeles González Sinde, presidenta de la Academia de Cine.

El ganador, poco conocido en España pero con numerosos libros ya publicados, es experto en literatura infantil y reconoce que las obras que ha escrito para niños le han aportado "la fruición y el gusto por la fantasía" y, también, la habilidad para "atrapar el interés del lector a lo largo de la obra. Mi objetivo es seducir al lector y lograr, como decía Todorov, la suspensión de la credibilidad".