El coste de la financiación del Estado se encarece. La prima de riesgo que los inversores exigen para adquirir deuda española se disparó de nuevo ayer como consecuencia de las dudas sobre la economía irlandesa y, por contagio, sobre el resto de países con déficits elevados.

El diferencial del bono español a 10 años con respeto al alemán llegó a ser de 208,7 puntos básicos, un nivel superior al de la crisis de la renta fija soberana del verano pasado (207,3). La rentabilidad de estos activos era ayer el 84% más alta, hasta el 4,39%, que la de los alemanes a 10 años --el activo de referencia--. Si en Alemania tienen que pagar apenas 2,39 euros por cada 100, en España deben retribuir al comprador de deuda con 4,39 por cada 100 euros. También marca récords el seguro de impago de deuda (CDS). Y eso se agrava cuanto más dure.

Los primeros síntomas de esta crisis se vivieron en mayo pasado. Desde entonces, el diferencial del bono español con el alemán se ha movido entre los 130 y 200 puntos básicos, cuando el año pasado y anteriores, la media era inferior a 100. "Todo esto supone un elevado coste para el conjunto de la economía, que depende en mayor medida que otros países de la financiación exterior. Lo que se gana en competitividad por un lado se pierde por los costes de financiación", según Francesc Xavier Mena, profesor de Economía de la Universidad Ramon Llull.

Tras la última reunión de ministros de Economía del G-20, surgió el mensaje subliminal de que, en caso de impago de Grecia o algún otro estado miembro, Alemania no dejaba claro si iba a cubrir la exposición de los inversores. "Eso introdujo un elemento de incertidumbre y ha provocado un efecto de contagio en el resto de países periféricos", explica Javier Santomá, profesor de dirección financiera del IESE. Otro elemento clave es el peso que han ganado los inversores que juegan a la baja.

VENTAS A LA BAJA Otros elementos, como la incertidumbre sobre la capacidad de crecimiento de España, también influyen. "El Estado ya carece de margen para esfuerzos adicionales en caso de que se produzca un problema en el sector financiero o de otra índole", afirma Mena.

Sin embargo, la capacidad de maniobra es mayor que la de Grecia (rentabilidad de la deuda por encima del 11%) o Irlanda (cerca del 8%).