Las multinacionales extranjeras instaladas en Irlanda están presionando al Gobierno de Dublín para que mantenga el actual 12,50% del impuesto de sociedades. Una delegación de la Cámara de Comercio Americana, que representa a 600 compañías que operan en el país, se ha reunido con funcionarios del Ministerio de Finanzas. Los empresarios quieren dejar claro cuánto les preocupa una posible subida del impuesto, como parte de las condiciones que la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) pueden imponer a Irlanda a cambio de un paquete de rescate económico, actualmente en negociación.

La tasa corporativa es "innegociable", fue la respuesta. Uno de los intranquilos, John Herlihy, el responsable de Google en Irlanda, declaró el viernes al diario Irish Independent que "todo lo que pueda afectar a la competitividad de Irlanda va a tener una gran importancia para Google, incluido el impuesto de sociedades". "Todo lo que incremente los costes básicos de un negocio es negativo para la competitividad", añadió el directivo del buscador en internet, que cuenta con 2.000 empleados en la sede central europea en Dublín.

POLITICA EQUIVOCADA Las multinacionales extranjeras emplean a casi 100.000 personas en Irlanda y el Financial Times advertía ayer en su editorial de que aprovechar el mal momento por el que pasa el país para obligarle a subir el impuesto de sociedades sería una táctica política "desastrosa" para la unidad de Europa. "Para Irlanda, el impuesto de sociedades es crucial para sostener el sector exterior, que es la parte sana de la economía", indicaba el diario económico. El primer ministro, Brian Cowen, insistió de nuevo en que la subida del impuesto de sociedades no está en discusión con la UE y el FMI. Pero lo que dice Cowen cuenta ya muy poco.

En la semana que hoy termina, los irlandeses se han rendido a la evidencia de que el país no puede salir adelante por sí solo y, a cambio de recibir ayuda externa, ha de pagar un precio. La prensa no descarta que el Estado deba deshacerse de algunas de las 28 compañías bajo su control, valoradas en 15.000 millones de euros y con cerca de 40.000 empleados. En la lista de las que pueden ser privatizadas estaría la de electricidad nacional ESB, la licencia de la Lotería Nacional, el servicio de Correos o la participación del 25% que tienen en la aerolínea Air Lingus.

El Gobierno examinará hoy en un Consejo de Ministros extraordinario el plan presupuestario para los próximos cuatro años, que trata de reducir drásticamente el déficit público, situado en un 32% del producto interior bruto (PIB).

Los irlandeses ya están sufriendo recortes jamás vistos hasta ahora, como la bajada de los sueldos de los funcionarios, la supresión de empleos públicos y la disminución de servicios y ayudas de todo tipo.