José Luis Rodríguez Zapatero y George Bush coincidirán durante casi 10 horas en Bruselas el próximo martes, en una jornada maratoniana de reuniones en la OTAN y la UE. No está previsto que ambos líderes celebren un encuentro bilateral, pero el presidente de EEUU tendrá casi por fuerza que escuchar al español, porque Zapatero ha recibido el encargo de la presidencia luxemburguesa de la UE de exponer uno de los seis o siete grandes asuntos que se plantearán al invitado norteamericano. En concreto, la política euromediterránea.

Zapatero prevé lanzar un mensaje conciliador a Bush, que solicitó esta cumbre con la UE para recomponer los lazos transatlánticos tras las fricciones por la guerra de Irak. Así, el líder español pondrá la experiencia de la política mediterránea de la UE "al servicio" del plan del Gran Oriente Medio de Bush, según fuentes de la Moncloa. Las mismas fuentes señalaron que Zapatero buscará "puntos de encuentro" entre EEUU y la UE sobre la zona más conflictiva del mundo.

Lo que parece improbable es un encuentro entre los dos mandatarios. Un asesor de la Presidencia del Gobierno afirmó tajante que ese cara a cara no se ha gestionado ni pedido, por lo que no se producirá "ni formal ni informalmente". Pero no descartó que se pueda producir algún cruce de palabras imprevisto.

En la Moncloa se insistió ayer en que las relaciones con Washington son buenas. Zapatero busca que las cumbres permitan que Bush "visualice" a España como un socio clave en la OTAN y la UE.

Sin embargo, la visita de Bush dará pie a una pugna soterrada entre Washington y el eje franco-alemán --cuyos objetivos comparte España-- respecto al foro en el que deben abordarse los grandes temas de la relación transatlántica. EEUU pretende que la OTAN lleve el peso de la relación bilateral, mientras que París, Berlín y Madrid quieren que sea la UE, y que lo haga con una sola voz.