El Estatuto catalán provocó ayer un nuevo choque parlamentario entre José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy. Si el líder del PP aprovechó el pleno del Congreso para publicitar los aspectos del texto que a su juicio dañan la unidad de España, el presidente defendió su constitucionalidad e instó a Rajoy a dar "marcha atrás" en su rechazo al Estatut, como hizo el martes cuando corrigió unas declaraciones en las que cuestionaba el sumario del 11-M: "Continúe por ese camino, que le irá mejor a usted y a todos los españoles."

Con cierto retraso, Rajoy llegó al hemiciclo con la idea de abrir una brecha en el ya resquebrajado pacto estatutario PSOE-CiU. Por eso preguntó a Zapatero si coincide con Artur Mas en que el preámbulo --que evoca la definición de Cataluña aprobada por el Parlamento catalán-- "equipara nación y nacionalidad". También si opina, como el líder de CiU, que el Congreso reconoce "un acto de soberanía del Parlament", y que el Estatut es "el primer paso para la construcción nacional de Cataluña".

DENTRO DE LA CONSTITUCION Pero los intentos de Rajoy fueron en vano. Zapatero calificó de "impecables constitucionalmente" los citados preceptos, incluido el modo en que se recoge el término nación. A su juicio, el preámbulo "representa la incorporación de lo aprobado por el Parlamento catalán" y, puesto que el artículo primero recoge "la definición de Cataluña como nacionalidad", se ajusta a la Carta Magna, que sólo reconoce la nación española.

Zapatero denunció que el líder del PP esgrimía las palabras de Mas porque, tras tantas "exageraciones", "se tiene que agarrar a cualquier cosa". Rajoy no se dio por aludido. "Es usted el presidente --dijo-- que liquida la igualdad de los españoles por primera vez en la historia".