El director de Neurología del Hospital de Sant Pau, Alberto Lleó, ha explicado este jueves que el expresidente de la Generalitat Jordi Pujol evoluciona "favorablemente" pero que aún es pronto para saber si sufrirá secuelas del ictus que sufrió el lunes. Su estado clínico ha mejorado, ya puede hablar y ha comenzado a comer, aunque una resonancia ha confirmado una lesión en la región temporal izquierda de su cerebro.

En una entrevista en TV3 recogida por Europa Press, ha asegurado que Pujol sigue en observación después de que la resonancia que se le hizo el miércoles mostrara que hay una "lesión, que es dependiente de la arteria que estaba obstruida, la arteria cerebral media izquierda".

"Esta es la lesión que ha quedado, que es normal y era esperable porque ya se veía en la resonancia que le habíamos hecho inicialmente", ha remarcado el médico, pese a aclarar que esto no implica que tenga secuelas.

Y es que, según Lleó, hay personas que, pese a sufrir un ictus, evolucionan favorablemente y pueden recuperarse del todo: "Necesitaremos semanas para ver la evolución en este caso concreto".

Así, considera que aún es pronto para determinar si el expresidente catalán sufrirá secuelas y ha añadido que seguirá ingresado este fin de semana.

Pujol, líder de la extinta CiU, ingresó en Sant Pau a las cinco de la tarde del pasado lunes procedente del Hospital de Barcelona por una obstrucción aguda en una arteria cerebral, cuya sintomatología comenzó con un trastorno del lenguaje.

A pesar de tener 92 años, el equipo médico, de acuerdo con la familia del expresidente, acordó someterlo a una intervención para retirar el trombo porque estaba "en buenas condiciones previas pese a su edad" y dentro de las ocho horas desde el inicio de síntomas, según explicaron los neurólogos que le atienden en el Hospital de Sant Pau.

El equipo médico le aplicó un tratamiento endovascular, que consistió en la extracción mecánica del trombo a través de la arteria femoral, en una intervención que fue exitosa.