Fiesta de la primavera de Podemos

Podemos plantea el 28-M como una plataforma para hacer frente a Yolanda Díaz: "Somos diferentes"

El partido pide unidad mientras mantiene los reproches velados a la líder de Sumar

Irene Montero abrazándose a Ione Belarra en la Fiesta de la Primavera de Podemos.

Irene Montero abrazándose a Ione Belarra en la Fiesta de la Primavera de Podemos. / Ángel de Castro

Ana Cabanillas / Carlota Gomar

Podemos plantea la campaña del 28M como un trampolín para las negociaciones con Yolanda Díaz. El partido de Ione Belarra dio este sábado el pistoletazo de salida a la carrera electoral en su Fiesta de la Primavera, donde la presencia de sus candidatos autonómicos no impidió un discurso en clave nacional, tomando posiciones frente a Sumar y marcando distancias con el proyecto.

Los principales dirigentes de Podemos se esforzaron en diferenciarse de Díaz. Si hace unos meses reducían las diferencias a cuestiones de estilo y de estrategia, el partido va ahora un paso más allá. “Podemos es muy diferente de Sumar”, decretó Irene Montero desde Zaragoza, en un discurso de candidatable con un tono marcadamente mitinero. 

Irene Montero, en la Fiesta de la Primavera.

Irene Montero, en la Fiesta de la Primavera. / Ángel de Castro

La ministra de Igualdad cerró el acto central reivindicando al partido como un actor imprescindible y un “motor” para los avances sociales. La formación ha ido endureciendo el discurso hacia la vicepresidenta segunda en los últimos tiempos, y lo que antes trataban de reducir a distintos estilos políticos, con Yolanda Díaz pidiendo bajar los decibelios mientras Podemos emplea el ruido como palanca de presión, ya trasciende el campo de las formas. La diferencia antes estratégica ha pasado a convertirse en un escollo difícilmente salvable entre ambas facciones de Unidas Podemos. 

"Pacto corrupto"

La formación ahonda ahora en la brecha existente con Yolanda Díaz, a quien acusan de plegarse a los intereses del PSOE y de connivencia con el “pacto corrupto” con los poderes mediáticos, como lo describió este sábado Pablo Iglesias, que también emergió como uno de los principales protagonistas en la gran fiesta morada. El exvicepresidente de Gobierno y líder espiritual de Podemos deslizó la implicación de Díaz en “el enésimo intento de matar a Podemos”

Fiesta de la Primavera de Podemos.

Fiesta de la Primavera de Podemos. / Ángel de Castro

Según su tesis, la formación “dice todo lo que está prohibido decir en casi todas las televisiones". "¿No os dais cuenta de que hay un pacto corrupto? Si quieres seguir teniendo voz en esa tertulia, son las reglas que tienes que cumplir”, continuaba Iglesias, que en ocasiones anteriores ya ha acusado a la líder de Sumar de buscar la aprobación de los medios de comunicación a cambio de renuncias políticas. 

Iglesias, presentado como “director de Canal Red” y presidente de la fundación de Podemos, República y Democracia, ensalzó la postura de los ministros morados hacia la OTAN y la guerra de Ucrania, dos asuntos reconvertidos en arietes contra Yolanda Díaz e Izquierda Unida. “Ciertas cosas adquieren importancia cuando se dicen dentro del Gobierno”, advirtió el dirigente.

Que una ministra de la Unión Europea diga que los intereses europeos los tenemos que defender los europeos y no una organización al servicio de los Estados Unidos tiene importancia”, ensalzó Iglesias, que quiso remarcar la diferencia entre su partido y el resto de actores del espacio. “Y Podemos puede decir las cosas cuando es incómodo decirlas”. 

El "aguante"

En el mismo sentido se pronunció Ione Belarra, que trató de distinguir a Podemos del resto de actores. “Quieren que seamos la izquierda como la de antes, relegada a una esquinita del tablero, un adorno del PSOE, sin capacidad de influir en la política”, decretó la secretaria general del partido, en referencia a Yolanda Díaz y a Izquierda Unida. Los distintos estilos 

Ambiente en la Fiesta de Primavera de Podemos.

Ambiente en la Fiesta de Primavera de Podemos. / Ángel de Castro

El arranque de la precampaña de Podemos para el 28 de mayo contó también con la intervención de algunos candidatos autonómicos, aunque la consigna de la cúpula a los suyos era en clave puramente nacional, poniendo en valor la resistencia y el “aguante” del partido frente a las presiones, frente a la tibieza del resto del espacio. "Nos temen porque nadie sabe aguantar la presión como la gente de Podemos", arengó Belarra a los más de 2.000 asistentes del mitin.

Unidad y reproches

La palabra “unidad” salió en los discursos de Montero y de Iglesias como una petición lanzada al aire, sin que el resto de argumentos acompañaran la petición. Los reproches velados y las referencias más o menos directas a Díaz trufaron ambas intervenciones. Iglesias se mostró comprensivo ante los militantes "dolidos" que "exigen respeto" cuando "te insultan, te menosprecian". El dirigente llamó a "seguir tendiendo la mano a pesar de los insultos, ninguneos y desprecios". Y continuó: "Porque hay algo más importante que la dignidad de toda esta militancia: poder seguir transformando este país".

En el mismo sentido fueron las palabras de Montero, que se ofreció a "aportar nuestra capacidad para ser el motor de esas transformaciones en un proyecto colectivo". La ministra de Igualdad también defendió la "unidad", pero con un mensaje de fondo: el acuerdo con Sumar llegará sólo si el partido tiene asegurado su protagonismo y capacidad de influencia. Algo de lo que Podemos trata ya de hacer bandera.