LA PUGNA EN EUSKADI

El PP confía en un acercamiento del PNV a Feijóo tras el impulso de Bildu con el Gobierno

Mientras los abertzales se consolidan como socio gracias a la ley de vivienda, el PP aguarda al mapa que arrojen las municipales del 28-M, confiando en que el PNV vea "el doble juego" de Sánchez y asuma las intenciones de Feijóo de sortear a Vox

Feijóo en el Congreso durante el debate sobre el estado de la nación del pasado verano.

Feijóo en el Congreso durante el debate sobre el estado de la nación del pasado verano.

Paloma Esteban

Con la ley de vivienda aprobada si todo sigue su curso la semana que viene en el Congreso y la consolidación de ERC y EH Bildu como socios del Gobierno de Pedro Sánchez en este último hito legislativo que quedaba pendiente, muy importante para el Ejecutivo, el PP vuelve los ojos al PNV, consciente de que el trato preferente que ha ido recibiendo la izquierda abertzale puede tener consecuencias en distintos planos. La cúpula conservadora analiza el escenario actual, ve a Bildu fuerte en el Congreso y anticipa que todavía lo estará más en las elecciones municipales del 28-M.

Las encuestas publicadas recientemente dan por hecho que el partido de Andoni Ortuzar volverá a ganar las elecciones en Vitoria, Bilbao y San Sebastián. Pero los abertzales podrían convertirse en segunda fuerza en dos de ellas, por delante de los socialistas vascos. En Navarra, el sondeo de EITB del mes de marzo avanza que el PSE tendrá que decidir si da la alcaldía de Pamplona a UPN o a Bildu. “Vamos a ver cómo queda el mapa, los resultados y los gobiernos en los municipios de Euskadi. Porque quizá el PNV tenga que espabilar”, reflexionan dirigentes del PP, que siguen viendo a los nacionalistas como la fuerza hegemónica, pero con un crecimiento de Bildu que hasta ahora no ha tenido techo.

Los esfuerzos de Alberto Núñez Feijóo por acercar posiciones y mantener un cierto equilibrio con el PNV (con cuyo discurso, por ejemplo, económico coinciden y al mismo tiempo rivalizan por algunos electores) ha sido constante. Las relaciones del expresidente de la Xunta con el lehendakari Íñigo Urkullu son muy buenas. Pero Ortuzar, el líder del partido y el jefe de la estrategia, ha dejado muy claro que no prestará su apoyo al PP siempre que Vox entre en la ecuación. Ha marcado distancias en ese sentido siempre que ha podido.

Unas palabras que no parecen baladíes y que en Génova tienen muy en cuenta. Los mismos dirigentes populares reconocen a este diario que Ortuzar “ha insistido mucho” en esa idea y han tomado nota. También reiteran que la animadversión del vasco por el partido ultra no está lejos de la que siente Feijóo. 

Y la sensación en el PP es que el dirigente gallego se apoyaría con los ojos cerrados en el PNV si estuviera en su mano elegirlos antes que Vox. En todo caso, los conservadores siguen trabajando con la idea de sumar los máximos escaños posibles y perseguir apoyo a apoyo en una posible investidura para Feijóo. Entre sus objetivos, los grupos más pequeños que hacen bascular las mayorías y en los que, por supuesto, el PNV tiene un sitio preferente.

La garantía que además puede ofrecer Feijóo a los nacionalistas vascos es que nunca les cambiará ni les alternará con Bildu, algo que ahora el PP ve claramente en la estrategia de Sánchez. "Con nosotros ese doble juego no existirá", insisten en el PP.

Y conscientes de que el PNV ha sido, en parte, desplazado por el Gobierno, por mucho que distintos ministros repitan a menudo que siguen contando con el partido de Ortuzar, será una baza que jueguen. La realidad es que Bildu ha sido determinante en muchas cuestiones para la coalición. En abril del pasado año sus votos fueron lo que terminaron salvando el decreto anticrisis del Gobierno tras el no de ERC. 

El PP, sin embargo, sólo establece un cordón sanitario con los abertzales. Feijóo ha dicho en muchas ocasiones que se sentaría a hablar con todos los grupos parlamentarios aunque se sintiera en las antípodas ideológicas, exceptuando a Bildu. Siempre los ha situado al otro lado de la línea.

Los contactos entre el grupo parlamentario popular y el del PNV también se han vuelto más fluidos en los meses pasados, tras una dura etapa con Pablo Casado al frente, en la que la interlocución era prácticamente nula. El PP mantenía hasta hace no mucho una herida abierta por el cambio de posición que tuvieron los vascos en la moción de censura de 2018 y que, tras pactar los Presupuestos con Mariano Rajoy, votaron a favor de desalojarle de la Moncloa.

Sin embargo, desde la llegada de Feijóo, el nuevo PP dejó claro que era prioritario restablecer contactos con los partidos que son determinantes en el Congreso y que han apoyado a gobiernos tanto del PSOE como del PP. En una entrevista reciente con este diario, la secretaria general, Cuca Gamarra, ya reconoció que el objetivo de su formación volvía a ser “buscar acuerdos lo más amplios posibles con otras fuerzas”, remarcando que hay partidos que “en un momento determinado han podido apoyar a Sánchez” y que “en un futuro podrían apoyar leyes que se impulsen desde un Gobierno del PP”.