Visita a EEUU

Sánchez tratará con Biden sobre producción estratégica de microchips y el auge de la inteligencia artificial

Albares y Blinken aseguran que se negociará en el futuro la posible limpieza conjunta de la zona contaminada con radiación de Palomares

Pedro Sánchez y Joe Biden.

Pedro Sánchez y Joe Biden. / EFE

Mario Saavedra

Pedro Sánchez viaja a la Casa Blanca este jueves para reunirse el viernes con Joe Biden. Lo han hecho todos los presidentes españoles de los últimos 45 años, salvo Leopoldo Calvo Sotelo. Algunos, como González o Aznar, en muchas ocasiones. Pero la primera visita a la Casa Blanca del presidente español se produce en un mundo sometido a un cambio vertiginoso. El viejo continente busca su autonomía estratégica mientras sufre por una guerra a sus puertas, la inflación está disparada y ha aparecido en escena un nuevo temor futuro, el desarrollo descontrolado de la inteligencia artificial.

Sobre Ucrania, el socialista exhibirá total sintonía. Un alineamiento perfecto, aseguran fuentes del Gobierno, porque ahora no toca discrepar. La economía no será la parte primordial de la agenda, reconocen, porque el escenario geopolítico manda. Pero se van a tratar temas que pueden ser de calado para España.

El primero y quizá más concreto es el diferendo sobre la aceituna negra. Estados Unidos aplica unos aranceles a uno de los productos estrella españoles. El Gobierno español lo considera inaceptables.

El segundo, y más importante porque implica 700.000 millones de ayudas de Estado, es el plan de Biden para ayudar a desarrollar su economía verde. Los 27 consideran que es un plan proteccionista, porque impone condiciones a las empresas para poder recibir las ayudas que, en esencia, suponen un "buy american" (compra americano) en toda regla. Hay mucho enfado en Bruselas.

Moncloa remarca que ese es un tema comercial y que, por tanto, es tarea de la Comisión Europea. El Ejecutivo pretende respetar escrupulosamente esas competencias. Pero también reconoce que, al ser Sánchez el próximo presidente de turno de la Unión, deberá abordarlo.

Residuos de Palomares

Antes del encuentro de este viernes, el ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, y su homólogo estadounidense, Antony Blinken, han mantenido una reunión preparatoria en la que han hablado, entre otros asuntos, sobre la posibilidad de que Estados Unidos lleve a cabo la limpieza de la zona contaminada con radiación de Palomares (Almería). A pesar de informaciones previas de prensa que aseguraban que Estados Unidos estaba dispuesto a hacerlo, Blinken rebajado las expectativas y ha dicho que hay que negociar.

Aunque reconocen "la importancia de este asunto", de momento sólo anticipan "que las negociaciones para limpiar comenzarán pronto" y que están trabajando con España para ver cómo se podrían llevar a cabo. Albares, por su parte, ha subrayado que lo que se va a llevar a cabo son negociaciones técnicas, no políticas, para ver cómo Estados Unidos ayuda a sanear la zona de Palomares, dando a entender que hay voluntad del Gobierno de Joe Biden.

Casi sesenta años después, aún hay tierras que permanecen contaminadas en Palomares a raíz del accidente sufrido por dos aviones estadounidenses en 1966.

Inteligencia artificial

Se podrá tratar también sobre la preocupación que hay a nivel global sobre el desarrollo desbocado de la inteligencia artificial (IA). Un cóctel que puede ser explosivo y muy dañino para las democracias: generación en masa de contenido falso por la IA y difusión posterior en cadena por las redes sociales. Estados Unidos tiene un papel fundamental en su desarrollo. Lo mismo ocurre con todo lo referente a la protección de los derechos digitales. Moncloa no quiere adelantar si va a haber mención alguna en ese sentido en los acuerdos que previsiblemente se van a firmar o en las declaraciones conjuntas escritas o ante la prensa.

España tiene la intención de coordinarse con Estados Unidos en el desarrollo de microchips, porque es un área de alta sensibilidad geoestratégica. Tanto Washington como Bruselas han lanzado sus propias estrategias para invertir decenas de miles de millones en una industria dominada, por el momento, por Taiwán. Nuestro país quiere una parte de ese nuevo pastel.

Estados Unidos es el primer inversor en España, y el primer destino de las inversiones españolas. Moncloa va a tratar de seducir al socio americano para que invierta en el sector verde español. Ponen el foco en el Consejo de Comercio y Tecnología de la Unión Europea, que prepara incentivos para las energías verdes de las empresas europeas. Sánchez y su equipo tratarán con Biden sobre cómo se pueden alinear mejor los programas de incentivos a ambos lados del atlántico. También sobre los acuerdos de minerales críticos o tierras raras, imprescindibles para los desarrollos tecnológicos.

Y ahí es donde entra el principal concepto que el Gobierno telegrafía de cara a la presidencia española. La defensa de una "autonomía estratégica abierta", es decir, tener garantizados los insumos necesarios para el desarrollo de las economías europeas, sin depender solo de China para los productos manufacturados o de Rusia para la energía, pero sin excluir a otros países. En este sentido, Estados Unidos ya se ha convertido en el principal proveedor de gas natural.

Hablarán también de cambio climático y de la presidencia europea, y de las posibilidades de una mayor relación de ambos bloques con América Latina.

Desencuentros sobre los planes proteccionistas

Moncloa ha perseguido esta cita durante un año. Por fin, se anunció la invitación del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, a Pedro Sánchez para una reunión de trabajo en la Casa Blanca este viernes 12 de mayo. La imagen del presidente español con el estadounidense coincidirá con el inicio de la campaña electoral para las autonómicas y pondrá el broche a un año en el que ambos líderes han pasado de ser desconocidos a mostrar sintonía y cercanía en los grandes eventos, desde las charlas distendidas en Bali a las cenas de gala en el Museo del Prado de Madrid. Fotos de peso para una relación trasatlántica que Madrid ha cultivado especialmente en estos 441 días de guerra en Ucrania.

En el tema económico es donde pueden surgir los mayores escollos. El plan estadounidense de inversiones para luchar contra la inflación (IRA, por sus siglas en inglés) podría perjudicar a las firmas españolas, en particular a las del sector de las energías renovables, según han explicado anteriormente fuentes del Gobierno a preguntas de este diario. Moncloa considera que este plan estadounidense es inaceptable y podría contravenir las normas establecidas por la Organización Mundial del Comercio (OMC). Madrid se suma así a la estela de críticas al proyecto estadounidense, lideradas públicamente por Emmanuel Macron. Durante su visita de Estado a Estados Unidos en noviembre del año pasado, el presidente francés dijo a congresistas y senadores que ese plan era “muy agresivo”. Luego, se movió en Bruselas para pedir un plan de respuesta común a ese proyecto con tintes proteccionistas. Desde entonces, los líderes de la UE llevan pensando cómo responder. 

Especialmente preocupante es el apartado de los

, de los que España fabricó cerca de 90.000 en los primeros nueve meses del año pasado, una cifra que crece a un ritmo del 60% interanual. Europa produce alrededor del 25%. Según el plan de Estados Unidos, para poder beneficiarse de las ayudas, la empresa solicitante tiene que tener al menos el 40% de los componentes clave de las baterías fabricados en Estados Unidos, una cifra que se elevará hasta el 80% en 2026. Un “buy american” verde. Hay empresas europeas que ya han sugerido que se podrían plantear trasladar parte de su producción a Estados Unidos por lo atractivo de las ayudas. La Unión Europea ha respondido con planes para garantizar que al menos el 40% de las tecnologías verdes estén producidas en el Viejo Continente antes de 2030. Y ha abierto negociaciones con Estados Unidos para que las baterías producidas con materias primas europeas puedan también acceder a esas prebendas fiscales estadounidenses.

Sexto presidente en visitar a Sánchez

Sánchez será el sexto presidente de la democracia en visitar la Casa Blanca. El primero fue Adolfo Suárez. El primer presidente socialista, Felipe González, fue invitado a la Casa Blanca por Ronald Reagan apenas seis meses después de tomar posesión, en junio de 1983, recuerda EFE. A esa visita seguirían otras tres, dos de ellas con George Bush como presidente (octubre de 1989 y abril de 1992) y otra ya con Bill Clinton al frente de Estados Unidos, en diciembre de 1994.

Su sucesor, José María Aznar, fue el líder que más veces ha visitado Washington. El expresidente del PP visitó por primera vez la Casa Blanca en abril de 1997, menos de un año después de llegar al cargo. En noviembre de 2001, dos meses después del 11-S, Aznar sería recibido en la Casa Blanca.  A esa primera visita siguió otra en diciembre de 2002 y otra más en mayo de 2003, durante la que tuvo ocasión de agradecer personalmente a Bush la inclusión de Batasuna en la lista de organizaciones terroristas estadounidenses. La visita de 'despedida' se produjo en enero de 2004.

La llegada del socialista José Luis Rodríguez Zapatero en marzo de 2004 y su decisión de retirada de las tropas españolas de Irak provocó una etapa de distanciamiento que finalmente quedó superada con su visita de octubre de 2009 a invitación de Barack Obama, quien había llegado a la Casa Blanca en enero de ese año.

Mariano Rajoy tuvo ocasión de visitar dos veces la Casa Blanca en sus seis años y medio al frente del Gobierno. La primera de ellas se produjo por invitación de Obama en enero de 2014, ante quien aseguró que la independencia de Cataluña "no se va a producir". Rajoy tuvo ocasión de regresar a la Casa Blanca, ya con Donald Trump como presidente en septiembre de 2017.