Los últimos pero recortando terreno. Extremadura sigue siendo la comunidad autónoma con menor implantación de las tecnologías de la información, aunque su avance en este terreno durante los últimos años le permite ir cerrando poco a poco la brecha digital que le separa del resto de regiones.

La tendencia es general. Todas las comunidades mejoran, aunque Extremadura ostenta el mayor crecimiento de los dos últimos años, como reconoce el estudio del Centro de Predicción Económica de la Universidad Autónoma de Madrid y la asociación N-Economía. Sin embargo, esto no es suficiente para salir del furgón de cola en innovación tecnológica. De hecho, el gasto en Investigación y Desarrollo (I+D) apenas supone el 0,69% del producto interior bruto regional y solo logra 14 patentes anuales, dos de las tasas más bajas del país.

Incluso la productividad científica extremeña es escasa. Solo se publican cuatro artículos anuales en publicaciones especializadas nacionales e internacionales. Unicamente Baleares, Canarias, Castilla y León o La Rioja tienen índices peores en este apartado.

Pero las expectativas no son mucho mejores en los hogares extremeños. Durante el 2006, el 85% de las familias de la región tenía algún teléfono móvil. Puede parecer una cifra alta, pero se trata de uno de los peores registros de España. A ello se suma, que Extremadura es la comunidad con menos hogares con ordenador (sólo el 46% tiene al menos uno), con menor implantación de la banda ancha (16% de los hogares), donde menos se utiliza internet (solo una tercera parte de la población accede a la red) y con menor uso del comercio electrónico (solo el 4,5% de los extremeños ha comprado a través de la red).

La otra nota positiva está en el plano empresarial, donde la convergencia está más próxima. De hecho, ocho de cada 10 negocios de la región cuenta con banda ancha (por encima de la media nacional); aunque apenas el 40% de los trabajadores usa el ordenador. En este aspecto superan a Extremadura hasta trece comunidades autónomas. Eso sí, el uso de internet en el empleo está dentro de lo habitual (uno de cada tres trabajadores lo usa).