Raro es el día que los ganaderos de la comarca de Coria no se encuentren con una o varias ovejas muertas en su finca. A la mayoría no les coge de sorpresa, ya que los animales infectados por este posible brote de lengua azul muestran un rápido deterioro físico que les causa la muerte en menos de seis días. Hocicos hinchados, ampollas en la piel, escasa movilidad, falta de apetito, delgadez y debilidad son los síntomas más visibles en las ovejas afectadas a la espera de que se confirme que se trata de esta enfermedad. "Casi todos los días todos los ganaderos tenemos bajas", afirma Adrián Blanco, que ha estimado que sus pérdidas económicas ronda los 3.600 euros como mínimo.

El incremento de las muertes de las ovejas ha obligado a Agroseguros, empresa aseguradora que se encarga del servicio de retirada de los cadáveres para llevarlos a un crematorio cerca de Almaraz, a ampliar los medios para los traslados. "Antes venían a recoger las ovejas con una furgoneta, pero ahora ya utilizan un camión", señaló Blanco.

Además, la situación parece complicarse, ya que algunos ganaderos aseguran que la enfermedad también afecta al sector caprino. "A mi se me han muertos seis cabras que también tenían los mismos síntomas", asegura José Manuel Amores, otro ganadero afectado que teme que las pérdidas económicas van a ser alta. "Tenía dos cabras a las que les faltaba pocos días para parir. La mayoría paren dos crías y ahora en Navidad el cabrito ronda los 60 euros en el mercado", lamenta.