El sistema educativo español sigue a la cola europea en el abandono académico y en el alumnado en formación profesional, especialmente de grado medio, una situación que mejora ligeramente con respecto a informes anteriores de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) pero que sigue restando puntos al sistema en el último estudio dado a conocer esta semana con datos del 2007. El informe alerta de que el país, con respecto al resto de la Unión Europea, avanza hacia una estructura desigual: muchos universitarios y trabajadores con estudios básicos, pero pocos profesionales con formación media.

Según el último trabajo, el 26% de los jóvenes de 17 y 18 años no acaban ni el bachillerato ni la formación profesional, unos indicadores inferiores con respecto a los 30 países que conforman la OCDE. Esta es la situación a nivel nacional, pero ¿qué sucede en Extremadura? En la región el 34% de la población de entre 18 y 24 años no completa el nivel de educación secundaria postobligatoria (bachillerato y FP de grado medio) y no sigue además ningún tipo de formación, según datos del Ministerio de Educación.

La región está tres puntos por encima de la media del país ampliando la franja de edad, y solo es superada por seis comunidades. Esto supone que la tasa de graduados en el 2007 en enseñanzas posobligatorias fue del 66%.

Según la OCDE, una de las claves de este abandono, que daña la educación española, es que hay un 14% de españoles de entre 16 y 24 años que ni estudia ni trabaja, una tasa que suma un punto en el caso de Extremadura, un 15%, y que solo superan países como Italia, Eslovaquia y Reino Unido.

FORMACION PROFESIONAL Pese a que el informe de la OCDE destaca el número "modesto" de graduados en formación profesional de grado medio, lo cierto es que Extremadura supera la tasa nacional de graduados en estas enseñanzas. Al contrario que sucede en España, en la región durante el año pasado, el número de graduados en FP de grado medio fue mayor al de grado superior --1.852 y los 1.363 respectivamente, según el INE--.

Una enseñanza que sigue siendo minoritaria en Extremadura con un 30%, respecto a la tasa de graduados en el país, el 39% y el resto de países de la OCDE, cuya cifra asciende hasta el 45% y el 51% en la Unión Europea. No obstante, el número de alumnos matriculados en enseñanzas técnicas superiores registra un significativo incremento con más de 250 alumnos en tres años, mientras que los matriculados en enseñanzas medias se mantienen.

Sobre la enseñanza superior, un 33,5% de los extremeños entre 25 y 34 años tiene un título de educación superior --universidad o formación profesional de grado superior. Casi un 8% más que hace cinco años. Esta cifra está por debajo de la media nacional, que supone el 40% de los españoles, según los datos de la OCDE. Este empuje juvenil hace que un 23% de la población adulta tenga estudios superiores en España, un 29% si se acotan los resultados a la población de 25 a 64 años, un 5% más que la media de la UE en esa misma franja, y un 7% menos en la región.

La proporción de la población extremeña mayor de 16 años sin estudios es de 4,5%, dos puntos y medio mayor en mujeres que en hombres. Esta cifra está muy por encima del dato nacional, en el que poco más del 2% de la población carece de estudios.

En cuanto a los estudios postobligatorios, el 73% de los extremeños se decantan por el bachillerato, frente al 27% que elige formación profesional de grado medio. Así, según los datos del último curso, 16.885 estudiantes cursaron bachillerato frente a los 6.206 que hicieron un ciclo formativo medio y 4.469 superior.

Así todo, cabe destacar que en los últimos diez años la población escolar española ha decrecido en un 1,1%. Pero, mientras en algunas comunidades el descenso ha sido superior al 10%, como en el caso de Extremadura, que ha sido de un 14,8%, en otros ámbitos se han registrado incrementos del alumnado que mejoran los resultados nacionales. A pesar del descenso del alumnos, la elevada tasa de abandono y el lento avance de la FP, la educación extremeña lidera en implantación tecnológico, con un ordenador para cada dos alumnos, y un profesor por cada 10,8 estudiantes, frente a los 11,2 de media.