La industria transformadora pagará el doble y la Administración ha sacado adelante un plan de ayudas de casi 200 millones de euros para el sector. Ambas consideran que han hecho sus deberes y miran ahora al campo. Creen que el siguiente esfuerzo para garantizar el cultivo del tabaco en Extremadura lo deben hacer los productores. Y entre los pasos que exigen está la reducción de costes mediante un reajuste del número de agrupaciones de tabaqueros, de las siete actuales a dos o tres. Lo dijo el Consejero de Agricultura, Juan María Vázquez, hace una semana en su visita a Rosalejo, y lo viene reiterando la industria en los últimos meses.

Sin embargo, la idea de la fusión no es bien acogida por las agrupaciones de productores (APAs). "El sector está bien estructurado. Apenas supondría ahorro, porque cada agrupación tiene ajustadas sus plantillas y recursos", explica Angel Rubio, presidente de Grutaba, cooperativa de Navalmoral. "Es imposible meter en el mismo saco a tanta gente y tan variopinta mientras haya tantos tabaqueros. Cada APA tiene su filosofía y se ha establecido en una zona. Quitarles eso y su identidad y autonomía podría ser perjudicial", coincide Luis Rubio, de Cotabaco (Talayuela).

Tampoco lo ven viable en SAT TAB, la agrupación que dirige Tomás Sánchez Várez, presidente de la Unión Internacional de Tabaqueros (Unitab): "Habría que cuantificar los beneficios, porque se podrían optimizar algunos recursos. Pero es un paso que tendría sus costes. Porque cada APA tiene una estructura, un sistema de funcionamiento y unas condiciones muy diferentes. A corto y medio plazo no lo veo posible. Hay agrupaciones que han hecho inversiones importantes, con deudas que hacen impensable poder entrar en fusiones o integraciones". "Estamos bien como estamos. No necesitamos crecer", opina por su parte Nicasio López, de Tabacos de Talayuela.

Desde estas organizaciones consideran que el ahorro de costes sería mínimo, dado que el número de técnicos y administrativos con el que cuenta cada una está "ajustado" a su tamaño. Pero además, algunos ven muy complicado llegar a un escenario de diálogo, por las "rivalidades y diferencias personales" existentes en el sector.

Algo más comprensivo con esta propuesta se muestra José María Manzanero, de Ibertabaco (Talayuela): "sería difícil y no creo que haya una necesidad, porque nuestras estructuras son reducidas. La fusión solo sería interesante si logramos que sirva para ofrecer nuevos servicios a los socios y tener mayor capacidad de negociación". En esa misma línea se manifiesta Daniel Gómez, nuevo presidente de Tabacos de Cáceres: "no nos oponemos, pero existen formas de economizar más sin recurrir a la fusión. Sería muy positivo sentarnos a hablar todos, alcanzar acuerdos y unirnos para realizar compras y negociaciones de forma conjunta. Económicamente sería más ventajoso". En este sentido, Luis Rubio propone crear una agrupación de APAs: "reduciría gastos sin perder la identidad ni la autonomía".

Solo desde Acotex, la agrupación vinculada a Acorex, ven abiertamente positivo reducir el número de asociaciones: "Es necesario. No por ahorrar costes, que será poca cosa, pero sí para tener mayor peso a la hora de hacer inversiones más grandes y rentables", explica José María Ramos, que apuesta por dar pasos "de forma pausada y buscando la coincidencia de intereses y necesidades" para fusionar algunas APAs.