Síguenos en redes sociales:

Ya no es un crimen ni una enfermedad

CHINA

Las bodas gais no están permitidas pero la aceptación social del colectivo es tan meteórica como tantos otros procesos en China. La homosexualidad fue un crimen hasta 1997 y una enfermedad mental hasta el 2001, pero hoy las grandes urbes como Pekín y Shanghái tienen una comunidad gay visible que se junta en sus propios locales, escuchan programas de radio y leen revistas de temática gay. La normalización social quedó subrayada con la reciente visita a Pekín de la primera ministra islandesa, Johanna Sigurdardottir: tanto la prensa oficial como el protocolo dieron tratamiento de cónyuge a su esposa, la escritora Jonia Leosdottir. Ambas posaron junto a Xi Jinping, presidente chino, y su esposa en el informativo de más audiencia de la tele pública. Una imagen impensable hace años.

Los problemas de los gais llegan de la mentalidad confuciana, el profundo valor otorgado a la descendencia y el oprobio de la soltería alcanzada la treintena. Esa presión empuja a muchos gais y lesbianas a casarse entre sí para aparentar normalidad.

Pulsa para ver más contenido para ti