El viernes cumplió uno de sus sueños, entre penas y alegrías, celebró el día de su graduación. El punto final a una etapa y el comienzo de otra, aunque más difícil para él. Francisco José Fernández Borrero está a falta de una asignatura y el trabajo fin de grado para terminar Derecho en la Uex. Tiene 49 años y las mismas ganas que cualquier chaval de 21 o 22 años en su situación, aunque cree que con más dificultades para insertarse en el mercado laboral. La edad a veces puede ser un obstáculo. Tras 26 años trabajando en el sector de la hostelería y otro tiempo en un servicio de mensajería, el paro empujó hace cuatro años a Francisco José a centrarse en la universidad. "Siempre había querido estudiar, de hecho empecé Trabajo Social en la Uned cuando trabajaba, pero al quedarme parado me planteé comenzar de cero. Derecho siempre me ha gustado, soy muy defensor de las causas perdidas, aunque me hubiera encantado estudiar Medicina, pero al no estar en Cáceres era más complicado". El vive con su familia en Casar de Cáceres.

Llega un momento en la vida en que hay que aprovechar lo peor para sacar algo positivo, y del drama del desempleo llegó a la universidad. "El primer día fui con miedo: soy viejo y calvo, ¿qué pensarán de mí?, ¿habrá más gente como yo?, ¿estaré a la altura? Tú te ves como un padre y ellos se ven como hijos, pero eso cambió rápido". Pronto comenzó a sentirse uno más y a conectar con sus compañeros, varios en una situación similar a la suya.

El apoyo de la familia también es esencial para él. "El 99,9% de mi triunfo es de mi esposa, por su fe, y mis amigos también me han incitado para seguir adelante". En su casa hay incluso piques por las notas. Su hijo mayor está en 4º curso de Ingeniería Civil, el pequeño quiere cursar un ciclo formativo y su mujer, recientemente en paro, también estudia Educación Social en la Uned.

Durante estos cuatro años de carrera, los mismos que lleva parado, Francisco José ha estado trabajando esporádicamente en un tanatorio de Cáceres. Asegura que ha podido seguir estudiando gracias a que siempre ha sido becario, aunque las cuantías han ido decayendo en los últimos cursos, lamenta. "La prioridad es llevar un salario a casa, sin paro y cobrando el subsidio, no he dejado de buscar trabajo en este tiempo. Si no hubiera recibido beca todos los cursos habría dejado la universidad", cuenta.

Tampoco dejará de buscar trabajo una vez graduado. "El Derecho es una vía para mejorar el currículo y conseguir un empleo, pero para ejercer primero hay que cursar el máster de la abogacía, aunque me gustaría especializarme en medicina legal. Parece que cuando tienes más edad ya no eres tan útil a la sociedad, pero yo con 49 años aún puedo aportar mucho y espero encontrar trabajo de lo que sea". Incluso, no descarta emigrar.

A punto de acabar, reconoce que "ponerse a estudiar tras casi 30 años sin hacerlo cuesta muchísimo, es duro. Tienes que quitarte horas de sueño, sobre todo, pero lo peor es la asistencia a clase y los trabajos semanales que con el Plan Bolonia son esenciales". Pero por encima de todo está el afán de superación. "Terminar una carrera es un orgullo enorme, más a esta edad. Sientes incluso cierta prepotencia, pero es muy costoso". Termina con una nota media superior al 7.