"Me parece que esto es tercermundista". Esta es una de las frases con las que José María Mena valora la nueva modificación del régimen retributivo de la energía fotovoltaica que está a punto de salir adelante en el Congreso. "La gente confiaba en esto porque lo avalaba el Gobierno", recalca este ingeniero informático de 41 años. El decidió poner una instalación de vertido a red sobre el tejado de la vivienda de sus padres, que está situada en la localidad pacense de Torrefresneda. Con 15 kw de potencia, comenzó a funcionar a finales del 2011. Para aquel entonces ya se habían producido varios recortes en la fotovoltaica pero, explica Mena, al ser esta una instalación sobre tejado "no le afectaban tanto" como a otro tipo de plantas. La inversión fue de 66.000 euros. Eran "todos los ahorros que he sido capaz de juntar desde que había empezado a trabajar", y esta era una forma de garantizarse unos ingresos "modestos pero por lo menos seguros" ya que, recalca, se trataba básicamente de "mantener el valor del dinero invertido. Esto no da para mucho más".

Mena atribuye el nuevo cambio normativo "a la presión" de las grandes eléctricas a la vez que critica la "inseguridad jurídica absoluta" que supone que se aplique retroactivamente. "Además es que no te dan otras soluciones", agrega. El pone encima de la mesa una: "Que me den mi dinero, que si hace falta yo le pongo las placas al ministro en su misma puerta. Ya no quiero que me den más, sólo lo que invertí".