Puestos a soñar, y más en esta época entrañable de la Navidad, imagínense que al diputado de IU Alejandro Nogales le 'pillan' mediando en Croacia en nombre de la Junta de Extremadura para que le otorguen contratos a cuatro empresas extremeñas.

Sueñen que Nogales -que estuvo a punto de ser quemado en la hoguera no hace demasiado tiempo por el impago de un crédito personal hace no sé cuántos años-, solicita por carta en nombre de Extremadura -sin comunicárselo al gobierno regional- al embajador de ese país reuniones al más alto nivel, nada más y nada menos que con los Ministros de Energía y Medio Ambiente de Croacia sin informar del objeto de la reunión ni de las personas que se van a desplazar a dicho país.

Imagínense que Nogales, una vez que saltan las alarmas, se defiende asegurando que actuaba en nombre de Agenex, la Agencia Extremeña de la Energía, entidad dependiente de la Junta, y que que encima este organismo lo desmiente. E imagínense, por no cansarles más con datos, que Nogales -diputado en la oposición a tiempo completo y en exclusiva, como todos- ha sido presidente en la pasada legislatura de Aeceo, una asociación que trabajó mucho en Croacia y que recibió subvenciones para cursos de formación que no se han justificado a día de hoy en su totalidad.

¿Cuántas portadas, editoriales y dimisiones se estarían encadenando? Pues si a eso le unimos la serie de contradicciones en la que han caído día tras día tanto el director (ya ex) de la Agencia Extremeña de la Energía -que le quiso meter 'el marrón' y pasar el 'chivo expiatorio' a un trabajador, y que la primera reacción de Fernández Vara fue asegurar que su diputado se "extralimitó" en sus funciones, entonces estaremos ante un auténtico escándalo, aunque se tape, o se intente tapar. Se llame Nogales o, despierten de su sueño navideño, Miguel Bernal (ex secretario general de UGT Extremadura), como es el caso.

Si no es como 'escándalo', cómo se puede calificar entonces el que los estatutos de Agenex (artículo 21.p) establezcan que es su asamblea, y sólo ella, la que debe de otorgar cualquier representación (y en el caso de Bernal nunca se debatió esta participación en reunión alguna). La gota que colma el vaso es que aparezcan correos electrónicos tan comprometedores entre los protagonistas en los que se descubre que Bernal actualmente presidente de 'ASIT', un organismo que al parecer se dedica a hacer de intermediario entre empresas y entidades públicas para conseguir contratos de la administración.

Atentos a esta serie de mensajes electrónicos que el jefe del Area de Internacional de Agenex dirige a Miguel Bernal y con copia al presidente de la propia Agenex: 1) "Queríamos retomar las colaboraciones en las que ya hemos trabajado anteriormente"; 2) "Tenemos pendiente una visita a Croacia y ha salido una licitación en Serbia en la que creemos que tenemos oportunidades". 3) "Lo bueno-malo es que tenemos que presentar una factura de una empresa que nos lo organice y ellos lo pagan directamente a la empresa. Hemos pensado en vosotros". 4) "Nos van a preparar una agenda con socios locales. 5) Tal vez sería interesante hablar con Neven (antiguo embajador) para hacer una visita e incluso que podemos ver qué pasó". Fin de la cita. Textual.

Las preguntas ahora son mías: ¿Cómo que qué pasó?, ¿Qué pasó con qué? ¿Pero cómo que se ha pensado en la empresa de Bernal para presentar una factura y se la pagan a él directamente? Pero, ¿esto qué es? No queda ahí el asunto. Lean esta párrafo también, por si les parece poco: "Hemos tenido varias reuniones informativas de la Dirección y el Area Internacional. Estas reuniones han concluido, desde el primer momento, información y comentarios sobre la visita comercial a Serbia y Croacia así como los datos sobre las gestiones de la consultora de Madrid y de D.Miguel Bernal como mediadores". ¿Pero cómo que una consultora de Madrid y el diputado del PSOE como mediadores? ¿Mediadores de qué, para quién y a cambio de cuánto? ¿Se dedica Miguel Bernal de forma habitual a ser mediador para conseguir contratos siendo diputado de la Asamblea de Extremadura? No puede ser verdad.

No sé si jurídicamente Bernal ha cometido un posible delito de usurpación de funciones públicas al intentar actuar en nombre de Agenex como entidad de la Junta de Extremadura. Sí sé, según el Reglamento de la Asamblea de Extremadura, que no puede compatibilizar su acta de diputado a tiempo completo y en exclusiva con ser presidente de nada. Tampoco sé si ASIDT tiene como fin ser comisionista de empresas para conseguir adjudicaciones. Lo que sí estoy convencido es que Miguel Bernal, como representante público, tiene la obligación de dar explicaciones convincentes. Tampoco creo que su jefe, Fernández Vara, pueda despachar el viernes el asunto simplemente diciendo que está "tranquilo" con la actuación de Bernal, cuando siete días antes había dicho textualmente que se había "extralimitado".

No tiene que ser muy socialista el intentar primero que todo este embrollo se lo hubiera 'comido' al 'currito' de turno, en este caso el Jefe del Area de Internacional de Agenex, que además tiene como testigos a sus compañeros para 'tirar de la manta'. Las contradicciones, rectificaciones y, sobre todo, la incomparecencia de Bernal en la última semana ante datos tan apabullantes como los anteriormente expuestos, no puede terminar sólo con la destitución (ojo que con la abstención del presidente de la Diputación, el socialista Valentín Cortés) del director de Agenex. No debe de ser la única 'cabeza de turco'. Necesitamos saber -queremos saber- qué ha ocurrido realmente porque sino podemos llegar a la conclusión, seguramente errónea de que Bernal en sus horas libres de diputado actúa, como mínimo, como 'mediador' por no hablar de tráfico de influencias. Y si eso lo hace estando en la oposición, aunque estemos en Navidad, ni quisiéramos soñar qué podría hacer si llega a ser consejero, con todo el poder para ejercer sus influencias, conocimientos y relaciones, al menos con los países del Este. Hemos visto suficientes casos similares en Extremadura para no volver a mirar de nuevo al pasado.