--Usted encontró moribundo al Festival de Teatro Clásico de Mérida y cuatro años después es un éxito. ¿Cuál ha sido la receta para conseguirlo?

--Me sorprende aún hoy escuchar hablar de la privatización del festival, pero, ¡dios mío!, si este sistema de gestión ya existió en épocas anteriores, una externalización del servicio como cuando estuvieron otras empresas culturales en la gestión. Aquí de lo que se trata es de aplicar el refranero español: 'zapatero a tus zapatos'. Es un equipo profesional de esa materia el que debe de planificar, gestionar y desarrollar el certamen. Y en este caso, el Gobierno de Extremadura confió en la gestión de Jesús Cimarro como gran profesional del teatro, que estaba dispuesto a asumir un gran riesgo, porque ahora la gente ve sólo las mieles pero en aquella época sólo había hieles. Y las hieles eran una deuda asfixiante, una irregularidad de gestión administrativa tremenda, que ninguna compañía quería venir a trabajar a Mérida y, sobre todo, un festival que había perdido su crédito, su identidad, que se había convertido en una especie de 'totum revolutum', que lo mismo programaba una obra del Siglo de Oro como una de vanguardia. Y el público, se ha demostrado, no quería eso. Y cuando llegamos todo era caótico, sin rendición de cuentas, pero no podíamos dejar caer el festival. Y para mí como emeritense hubiera sido una auténtica herida sangrante, no podía permitirme como emeritense que el festival siguiera desangrándose y yo contemplándolo plácidamente desde el sillón de la consejería.

--¿Qué otras cuestiones destacaría en el ámbito cultural?

--Me siento respaldada en mi trabajo porque el presidente ha creído desde el minuto 1 en la cultura y lo ha demostrado. Hemos sacado adelante el Decreto de la Red de Teatros, hemos recuperado todas las ayudas de las Artes Escénicas, hemos conseguido que las compañías extremeñas no estén en la segunda fila del festival. La Orquesta de Extremadura ha abierto el festival, las compañías han inaugurado, van a los mejores teatros de Madrid, están siendo contratadas a lo largo de todo el año con obras con el sello de excelencia de Mérida. Además, la inversión más importante se ha hecho con el proyecto de Ciudades Romanas... En definitiva, se ha trabajado muchísimo, con sentido común, evitando dispendios, escuchando a todos los sectores... Pero hay muchas cosas por hacer aún si los extremeños nos vuelven a dar la oportunidad.