El arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, fue el primero en firmar una sentencia de nulidad matrimonial por la vía 'express' el pasado mes de abril. Desde entonces se han producido algunas más --entre ellas tres del que fuera obispo de Coria-Cáceres hasta 2006, Ciriaco Benavente, y ahora obispo de la diócesis de Albacete-- pero ninguna de ellas en las diócesis extremeñas donde, según confirman, no se ha iniciado ningún procedimiento por esta vía habilitada por el Papa Francisco a finales de año y en vigor desde el pasado 8 de diciembre. Francisco creó este nuevo procedimiento abreviado a través de la carta apostólica motu propio Mitis Iudex Dominus Iesus.

Una de las novedades de la reforma papal era, precisamente, favorecer un proceso más breve ante el obispo, para una serie de supuestos en los que la nulidad se hace patente, y evitar así el procedimiento ordinario, más lento y costoso. Pero no siempre es posible porque hay dos condiciones básicas: que sea de mutuo acuerdo y que no haya ninguna duda de que existe una base de nulidad en ese matrimonio.

Sin embargo, ninguna de esas circunstancias se han dado aún en Extremadura y tampoco el nuevo procedimiento avalado por Bergoglio ha supuesto un incremento del procesos, aunque sí ha generado interés entre los abogados que llevan este tipo de casos, que han dirigido consultas a los tribunales eclesiásticos. "No vamos a cambiar la norma canónica, solo se facilita el proceso", defiende el Vicario judicial en Badajoz, Julián García Franganillo, que recuerda que lo que se modifica es el procedimiento pero "el derecho sustantivo no cambia y por tanto un matrimonio es disoluble solo cuando falta alguna de las cualidades que establece la norma".

En los primeros cuatro meses del año se iniciaron nueve procesos en la Archidiócesis de Mérida Badajoz --en la de Coria-Cáceres no tienen datos y en la de Plasencia no aportan datos-- y en los últimos cinco años se han iniciado 59 procesos, en cifras que fluctúan mucho de un año a otro. Los años 2013 y 2014 son los que más se presentaron, 13 y 15 respectivamente, y el año 2012 es el que menos procesos se iniciaron (5). En el caso de la diócesis Coria-Cáceres, entre 2011 y 2015 se iniciaron 30 procesos de nulidad y se dictaron 26 sentencias.

EL PROCESO El desarrollo del proceso varía en función de varios puntos, entre ellos si las dos partes están en la misma localidad, el número de testigos --y el lugar donde se les toma declaración porque, por ejemplo, si es necesario que colabore otra diócesis el proceso es más complejo--... por tanto la duración puede oscilar, aunque lo normal es que no se extienda más allá de un año.

El propósito del nuevo proceso rápido es facilitar el trámite y que sea breve. Pero es un procedimiento "tan complicado que no es fácil", advierte García Franganillo.

Como tribunal eclesiástico, la vicaría judicial comparte problemas con la justicia ordinaria por el volumen de los procesos en marcha, la complejidad que entrañan y las limitaciones de los recursos: "no hay colapso", pero "se necesitaría a más personas" asume. De hecho, mientras atiende a este diario está redactando una sentencia, "y tengo que iniciar también los trámites de nuevas causas... y todo eso contribuye a que esto se prolongue", explica el vicario, que en actualmente está terminando de resolver los procesos de 2014 y 2015.

El tribunal pacense está integrado por tres jueces y un notario. Estudian los casos por separado, aunque la decisión se adopta de forma conjunta, por mayoría, tras emitir cada uno de ellos su voto. El funcionamiento es similar en las distintas diócesis. Tras tomar la decisión por mayoría, el vicario judicial adjunto o el vicario general son los que se encargan de redactar la sentencia. "no es un juicio de faltas, son procesos que requieren tiempo", advierte García Franganillo que subraya que, aunque siempre intentan actuar "en conciencia", y siendo "fiel a los cánones", son interpretaciones y por eso son "procesos delicados".

MAS AGILIDAD "El Papa ha querido agilizar el proceso, aunque es cierto que yo me siento más tranquilo si alguien me confirma la sentencia o incluso si me la rebate. Porque al fin y al cabo yo lo que intento es atender a la gente, aun sabiendo que lo que voy a decir puede que no les guste", defiende el juez eclesiástico.

Un proceso más corto se traduce también en un proceso más barato, principalmente porque se reducen los trámites y la minutas de los abogados. La diócesis cobra una tasa por cada proceso aunque, según explican en Badajoz, no se ha definido la de los procesos abreviados al no haberse iniciado ninguno. En el caso de los ordinarios, la tasa eclesiástica ronda los 600 euros, aunque se establecen ayudas y exenciones para las personan que acrediten que no pueden hacer frente al pago (la diócesis se hace cargo de aquellos casos en los que se justifica que no tienen recursos). "Lo único que se pide es que colaboren en la medida de sus posibilidades", dice García Franganillo.

Junto a las tasas, este proceso más largo requiere además de una mayor participación de abogados y la minuta puede rondar en estos casos los 1.200 euros --aunque se puede tramitar también con abogado de oficio--, a lo que se podría añadir además los informes periciales que se puedan solicitar de psicológicos --300 euros, aunque cuando se trata de personas con bajos recursos también reducen ellos su tarifa a la mitad, según explican en la archidiócesis--. Con todo, anular el matrimonio puede llegar a rondar los 2.000 euros.