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Publicada en el doe la modificación del reglamento, que sustituye a la normaTIVA de 2010

El decreto extremeño para evitar el maltrato en festejos taurinos se aplicará en junio

En los encierros y corridas populares no se podrá pinchar ni golpear a las reses. Habrá un delegado gubernativo que vigilará para que no haya infracciones

El decreto extremeño para evitar el maltrato en festejos taurinos se aplicará en junio

Fomentar la cultura taurina y la tauromaquia en su manifestación más arraigada en Extremadura, como es el caso de los festejos populares. Con esta ideología ha salido ya publicado en el DOE el decreto que modifica el reglamento que regula estas actividades en la región, el cual ha puesto el foco en dos puntos claves: agilizar los trámites y eliminar trabas burocráticas para obtener lo antes posible las autorizaciones previas a la celebración; y evitar el maltrato animal con la prohibición de pinchar, golpear o tratar de manera cruel a las reses, así como utilizar cualquier tipo de vehículo o instrumento mecánico que pueda ocasionarles lesiones.

El texto recoge también que será un delegado gubernativo nombrado por la Administración regional (en los casos en que exista policía local en el municipio podría ser el jefe de este servicio quien ejerza la labor) quien decida si se está cumpliendo la normativa y, de estemodo, respetando al animal.

El nuevo reglamento entrará en vigor a principios del próximo mes de junio, de manera que todos los festejos taurinos populares que se celebren a partir de ese momento en la comunidad estarán ya bajo una norma que prevé castigar con sanciones económicas de hasta 30.000 euros a quien se considere causante de maltrato animal.

Según los datos aportados por la Consejería de Medio Ambiente y Rural, Políticas Agrarias y Territorio de la Junta, en 2016 se celebraron en la comunidad 552 actividades de estas características repartidas por todos los municipios, donde las vaquillas o los encierros suelen formar parte del programa de las fiestas autóctonas.

¿QUÉ ES UN FESTEJO POPULAR? / El reglamento define como festejos taurinos populares «aquellas actividades o eventos recreativos, sociales o culturales consistentes en citar, correr, conducir o torear reses bovinas de lidia según los usos populares o tradicionales de cada localidad, en plazas de toros, recintos o vías y plazas públicas, que se celebren para ser lidiadas por los ciudadanos, así como para el fomento de la afición de los participantes».

De este modo, tal y como explican desde la secretaría general de Política Territorial y Administración Local, el nuevo reglamento no afecta a los festejos considerados puramente tradicionales (y no populares), un nimio matiz que sirve para dejar fuera de esta normativa a, por ejemplo, el conocido toro de Coria, una actividad en la que doce ejemplares son sacrificados mediante un tiro de gracia en plena vía pública.

SACRIFICIO / En este sentido, y en relación a los catalogados como populares, el nuevo decreto recoge que «a fin de evitar su uso en cualquier otro espectáculo posterior, las reses utilizadas, con excepción de las conducidas en encierros, deberán sacrificarse necesariamente una vez acabado el festejo».

Y se añade: «En los casos en que no exista una ubicación adecuada fuera del lugar de celebración para dar muerte a las reses lidiadas y, además, por su peligrosidad, no sea posible retirarlas para su traslado a instalaciones debidamente habilitadas para el sacrificio, éste se podrá autorizar dentro del recinto de celebración, siempre que se tomen las medidas adecuadas para que la muerte de la res se produzca en las debidas condiciones de seguridad y evitando que sea observada por el público asistente».

Asimismo, se apostilla que se utilizará cualquier método que «evite sufrimientos innecesarios».

UNA AMPLIACIÓN / El texto recién publicado viene a ampliar una normativa ya existente que en el año 2010 estableció la prohibición de atar reses a un punto fijo con cadenas, sogas o de cualquier otra forma para limitar su movimiento, salvo para la retirada del animal a fin de dar por concluido el evento en cuestión.

También se vetaron los festejos que suponían hacer juegos con las reses que desvirtuaran el sentido lúdico de la fiesta, o en los que se emplearan artilugios o burladeros que no fueran populares o tradicionales.

Y más concretamente, quedaron eliminados igualmente aquellos que consistían en embolar las defensas de las reses prendiendo fuego al material o sustancia con que se realiza el citado embolado. Y en los que se sujetaban antorchas o elementos similares en los cuernos de los toros.

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