El Plan Integral de Enfermedades Cardiovasculares de Extremadura 2017-2021 incluye la implantación del ‘Código Infarto’, un protocolo para mejorar la actuación ante estas urgencias, y la creación en Badajoz de la segunda unidad de reanimación cardiaca de la región, que se sumará a la que ya existe en Cáceres. El consejero de Sanidad y Políticas Sociales, José María Vergeles, explicó ayer el plan en una comparecencia a petición propia en el pleno de la Asamblea. Tres de cada cuatro casos de enfermedades cardiovasculares se pueden prevenir, por lo que el plan incidirá en la prevención de estas patologías que en 2015 causaron 3.513 muertes en Extremadura, el 30% del total de defunciones.

Según explicó el consejero, el ‘Código Infarto’ (Extremadura es una de las pocas regiones que no lo tiene), junto a los ya implantados para el ictus, pueden reducir la mortalidad en un 10%. Otras medidas serán la colocación de desfibriladores semiautomáticos en espacios con mucha afluencia de personas y la implantación de la ecografía cardiaca en la primera consulta de Cardiología.

En materia de rehabilitación, se potenciará la unidad de reanimación que funciona desde hace años en Cáceres y se creará otra en Badajoz. Sobre estas unidades, no obstante, el diputado del PP José María Saponi criticó que se fomente la desigualdad al central los recursos en las principales ciudades, si bien se congratuló de la creación de una segunda. En cualquier caso, advirtió que tres pruebas diangósticas de las que se incluyen en el plan, como el ecocardiograma, tienen ahora una elevada lista de espera. Además, dijo que el documento no incluye memoria económica.

Desde Podemos, Obed Santos consideró que el plan está destinado a la medicalización de la población, cuando el elevado gasto farmacéutico no está en consonancia con los resultados. Por ello, abogó por centrar los esfuerzos en la prevención y la lucha contra la obesidad. Asimismo, también criticó que el plan no incluya recursos para la rehabilitación neurológica.