El caso saltó a la luz pública en enero de 2015 cuando un juzgado de Don Benito imputó al sacerdote titular entonces de Mengabril, José Donoso Fernández, de 67 años, por abusos a un menor.

El caso fue investigado por la Fiscalía de Menores y la Policía Judicial tras el informe derivado meses atrás por los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Mengabril a la Junta de Extremadura y a la Guardia Civil. Tras la toma de declaración al religioso, el juzgado impuso inmediatamente al sacerdote como medida cautelar una orden de alejamiento del niño denunciante.

Meses atrás había recalado en la localidad una familia de nacionalidad rumana: el padre, la madre y tres niños. Por hallarse sin medios para sobrevivir, ni techo bajo el que cobijarse, el sacerdote ofreció a esta familia alojarse en la casa parroquial. Pronto los servicios sociales municipales redactaron un informe sobre la situación de los pequeños de 13, 5 y 4 años que hicieron llegar a la Junta

Donoso se acabó convirtiendo en protector del chaval rumano de 13 años, pagando comida, vestimenta y encargándose del papeleo de la familia.

Tras ganarse la confianza del muchacho comenzaron los abusos sexuales llegando a pasar la noche y a dormir en la misma cama que el cura, según recoge la sentencia. Los padres de este menor han sido condenados como consentidores. REDACCIÓN