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LA IMAGEN HA SIDO DONADA POR LAS DIPUTACIONES DE CÁCERES Y BADAJOZ

Un paisano de lo más ilustre

Un busto de Muñoz-Torrero preside desde ayer una de las nuevas salas del Congreso, un reconocimiento a un extremeño que defendió hace más de 200 años la separación de poderes y la libertad de imprenta

Un paisano de lo más ilustre

El Congreso de los Diputados exhibe desde ayer un busto en bronce de Diego Muñoz-Torrero, diputado por Extremadura en las Cortes de Cádiz, presidente de las Cortes entre el 24 de marzo y el 23 de abril de 1811 y presidente de la comisión redactora de la Constitución de 1812.

El busto, obra del escultor villanovense Ricardo García Lozano, ha sido donado por las diputaciones provinciales de Badajoz y Cáceres, en un acto al que asistieron la presidenta del Congreso, Ana Pastor, y el presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, entre otras autoridades.

Muñoz-Torrero, diputado por Extremadura en las Cortes de Cádiz, rector de la Universidad de Salamanca y canónigo de la Colegiata de San Isidro de Madrid, tuvo un papel destacado en las primeras sesiones de las Cortes de Cádiz.

Defendió algunos de los ejes que, a su juicio, debería guiar el régimen constitucional: la separación de poderes, la soberanía nacional y la libertad de imprenta.

Con el regreso de Fernando VII, Muñoz-Torrero fue detenido y encarcelado durante seis años en un monasterio de Galicia para regresar a la política durante el Trienio Liberal (1820-1823).

Tras la restauración absolutista, se refugia en Portugal, donde con el triunfo de los ‘miguelistas’ y el establecimiento del absolutismo en el país vecino, es trasladado a Lisboa.

Falleció en marzo de 1829, víctima de horribles torturas, y su sepultura se encuentra en el Panteón de Hombres Ilustres de la Basílica de Atocha en Madrid.

Actualmente, se puede contemplar en la III ampliación del Congreso de los Diputados la llamada «bandera de Muñoz-Torrero», conservada en el archivo de la Cámara durante más de 150 años.

Esta bandera fue regalada por Muñoz-Torrero al batallón de la milicia nacional de Cabeza de Buey, su pueblo natal, y llegó al Congreso ya en 1837.

En la inauguración del busto, Ana Pastor destacó que Diego Muñoz-Torrero fue uno de los primeros diputados que alzó la voz para reclamar la división de poderes, «de plena actualidad hoy en día». «Lograr lo que hemos logrado no hubiera sido posible sin el legado de Muñoz-Torrero», subrayó la presidenta de la Cámara.

Por su parte, Fernández Vara puso en valor las aportaciones de Muñoz-Torrero a la Constitución de 1812 y se mostró orgulloso de que «un extremeño de Cabeza del Buey», «hijo de un boticario y de una gran mujer», fuera el primero que se atrevió a hablar públicamente de la importancia de la libertad de expresión y de prensa, así como de la separación de poderes y de que la soberanía nacional reside en el pueblo.

En este sentido, subrayó la importancia de que este busto esté ubicado en el Congreso de los Diputados, «que es donde reside la soberanía del pueblo español».

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