Funcionarios del Centro Penitenciario de Badajoz intervinieron el pasado sábado diez bellotas de hachís a un interno que las había introducido en las instalaciones de la cárcel pacense vía rectal tras estar varios días de permiso. Según ha podido tener conocimiento este diario, los hechos tuvieron lugar en torno a las nueve de la noche cuando, ante la sospecha de que el recluso pudiera portar alguna sustancia estupefaciente, los funcionarios decidieron someter a vigilancia la celda que ocupa.

CON ALGO EN LAS MANOS / Fue esta vigilancia la que permitió comprobar —a través de la mirilla de la puerta— que, después de permanecer más de un cuarto de hora en el baño, el interno salía de él con algo en las manos, lo que llevó a abrir la celda. En ella se localizaron, encima de la cama, cuatro bellotas rellenas de una sustancia marrón y contenidas dentro de preservativos. El interno, al darse cuenta de la presencia de los funcionarios, lanzó varias más a través de la ventana. Durante el cacheo posterior, se verificó que los calzoncillos del recluso estaban manchados de una sustancia aparentemente lubricante.

A continuación, la inspección ocular realizada en el patio llevó a localizar bajo la ventana de la celda otras seis bellotas de hachís, que el interno reconoció que había lanzado al patio porque se había puesto nervioso.